“Entre el 70% y 90% de los casos de ERC se pueden detectar en el ámbito de la medicina familiar”

¿Podemos promover el cribado de la ERC desde Medicina Familiar y Comunitaria? Por el Dr. Sergio Cinza, médico de familia, vocal de la Junta Directiva y responsable de la Agencia de Investigación de Semergen, y miembro del Comité Asesor de IntERCede

El Dr. Sergio Cinza.
El Dr. Sergio Cinza.
DR. SERGIO CINZA
10 julio 2024 | 09:00 h

La consulta de Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC) es el primer punto de acceso al sistema asistencial de salud para una gran parte de la población, un fenómeno que convierte a esta especialidad en una pieza clave en el modelo sanitario nacional, especialmente en actividades de cribado de enfermedades así como su prevención primaria.

Nuestra especialidad se caracteriza por aspectos como el contacto cercano con los pacientes y por la continuidad en el seguimiento de su salud general. Teniendo en cuenta el gran volumen de casos diversos que atendemos, otro rasgo definitorio de la MFyC es la necesidad de disponer de un amplio conocimiento en salud para poder identificar y tratar adecuadamente a cada paciente, desde afectaciones leves hasta enfermedades crónicas. Entre estas, una de las patologías que podemos llegar a encontrar en nuestras consultas es la Enfermedad Renal Crónica (ERC), una enfermedad que, como muestra el estudio IBERICAN, afecta, incluso a veces sin saberlo, al 14,4% de la población adulta atendida en Atención Primaria, un ámbito que engloba también la propia consulta de MFyC.

Así pues, ¿por qué es importante poner el foco en la ERC desde la MFyC? Como se destaca en el informe intERCede, la MFyC actúa como una constante a lo largo del recorrido asistencial del paciente dentro del sistema sanitario: desde el diagnóstico de la enfermedad hasta el seguimiento a lo largo de todas las fases de la misma. El papel del MFyC es relevante incluso en los pacientes que deben ser derivados a unidades especializadas, momento en el que el paciente mantendrá las visitas a la consulta de Atención Primaria para el monitoreo de su salud.

Por todo ello, esta especialidad puede tener un gran valor en una patología tan multidisciplinar y transversal como la ERC. Concretamente, en el informe intERCede se han detectado dos grandes momentos en los que la intervención de la MFyC es crucial: la fase de diagnóstico y detección precoz, y la fase de seguimiento del paciente en fase estable.

En primer lugar, centrándonos en las fases precoces y de diagnóstico, la MFyC es esencial para mejorar el cribado de la ERC. Como apunta el informe intERCede, entre el 70% y el 90% de los casos de ERC se detectan en el ámbito de la MFyC (estimaciones obtenidas en entrevistas con el Comité Asesor IntERCede y recogidas en el mismo informe), por lo que se debe poner el foco en pacientes de alto riesgo de desarrollar ERC, como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), hipertensión arterial, obesidad, tabaquismo, dislipemia y edad avanzada. El seguimiento integral constante de los pacientes con factores de riesgo y la realización de pruebas de monitoreo como el filtrado glomerular y la medición del cociente albúmina/creatinina permiten el diagnóstico precoz y la implantación de medidas terapéuticas que permitan detener o revertir la progresión de la enfermedad y mejorar el pronóstico del paciente, retrasando la necesidad de que el paciente llegue a una fase de Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS).

Por esta razón resulta imprescindible que los profesionales de MFyC contemos con un conocimiento integral, no solo de la salud humana, sino también con la capacidad de establecer conexiones entre patologías que a menudo pueden coexistir con la ERC o que pueden acabar derivando en el desarrollo de la enfermedad. Todo ello, nos convierte en una comunidad profesional con una alta capacidad para levantar sospechas y anticiparnos a posibles complicaciones de una enfermedad silente como la ERC.

Pero, ¿cómo podemos mejorar nuestra capacidad de detección de la ERC? Lograrlo pasaría por apostar por una formación más exhaustiva de los profesionales de MFyC en los factores de riesgo de la ERC y también por la implementación de protocolos consensuados que agilicen su detección. Además, podríamos promover iniciativas como la incorporación de inteligencia artificial para agilizar el diagnóstico y de tecnología para mejorar la interconsulta telemática entre MFyC y Nefrología, lo cual tendría un gran potencial para poder resolver dudas conjuntamente durante el periodo de diagnóstico y ofrecer al paciente una evaluación certera y temprana sobre su salud.

Asimismo, el reto no está solo en mejorar estos ámbitos desde dentro de la consulta, sino que también debemos promover la concienciación social sobre la importancia de acudir a las consultas de MFyC para un seguimiento general de la salud, cosa que facilitaría la detección temprana de enfermedades como la ERC. Aquí, un reto en el que debemos trabajar juntos es el gran volumen de pacientes que acuden a nuestras consultas, un fenómeno que puede afectar en la carga asistencial de nuestro sistema y en el tiempo de atención a cada paciente.

Tras el diagnóstico, el segundo periodo en el que la MFyC desempeña un papel crucial en la ERC es el monitoreo y seguimiento del paciente en fase estable. Esto incluye asegurar la adherencia al tratamiento, la continuidad en la realización de pruebas que permitan detectar posibles progresiones o empeoramientos de la patología, y la consecuente derivación a unidades de Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) o a otros especialistas cuando sea necesario. Para optimizar esta fase, es vital la coordinación con consultas de Nefrología, Medicina Interna o ERCA, algo que también puede beneficiarse de una apuesta por los sistemas digitales de comunicación e interconsulta.

En conclusión, MFyC tiene un papel crucial para una gran parte de la población, ya que desde nuestras consultas podemos establecer conexiones entre patologías o identificar factores de riesgo que puedan derivar en enfermedades graves como la ERC. Nuestra capacidad para mejorar el cribado y reducir las cifras de infradiagnóstico puede aportar un mejor pronóstico al paciente si la enfermedad se detecta precozmente. Además, el monitoreo cercano después del diagnóstico facilita la adherencia al tratamiento y contribuye a la educación sanitaria de los pacientes.

Y, más allá del rol de MFyC, como comunidad sanitaria debemos continuar trabajando unidos para diseñar soluciones para estos retos y otros todavía existentes en la ERC. Para todo ello, es fundamental unirnos entre disciplinas y colaborar entre todos: nefrología, enfermería, gestión hospitalaria, cardiología, medicina interna, etc. Nuestra responsabilidad es mejorar el pronóstico de vida de los pacientes y una mejora general en la eficacia de nuestro sistema de salud.

Sobre el autor:

Por el Dr. Sergio Cinza, Médico de familia en Centro de Saúde Milladoiro, Santiago de Compostela (Galicia), vocal de la Junta Directiva de SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria) y responsable de la Agencia de Investigación de SEMERGEN. Como parte de su compromiso con la Enfermedad Renal Crónica y el abordaje óptimo de los pacientes, el Dr. Cinza forma parte del programa IntERCede de Boehringer Ingelheim como miembro del Comité Asesor que, junto a otros profesionales multidisciplinares de España, se ha encargado de desarrollar un informe que recoge el contexto actual de la ERC en España, los principales retos que plantea y posibles líneas de actuación para resolverlos.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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