La hiperplasia benigna de próstata (HBP), agrandamiento benigno de la próstata que dificulta la función miccional en los hombres, se puede abordar con una técnica innovadora, mínimamente invasiva, que no compromete la continencia urinaria ni la función sexual. La hidroablación prostática utiliza imágenes en tiempo real y un sistema robotizado con un chorro de agua de alta precisión para ejecutar las resecciones de la próstata sin el uso de energía.
Así, los pacientes tienen "una recuperación rápida, con alta hospitalaria en 48 horas, lo que les permite retomar sus rutinas anteriores y una gran mayoría recupera sus hábitos deportivos”, destaca el Dr. Antón Zarraonandía, especialista en Urología del Hospital Quirónsalud Miguel Domínguez.
La precisión se basa en un sistema de navegación guiada con imágenes a tiempo real que “nos permite a los profesionales visualizar y planificar la intervención de manera personalizada”
El experto, formado en la técnica de la hidroablación con AquaBeam, subraya que este procedimiento “tiene un menor riesgo de incontinencia y disfunción sexual y, a diferencia de los abordajes clásicos, mantiene la función eyaculatoria, porque la tecnología permite ser muy precisos durante la intervención.” La precisión se basa en un sistema de navegación guiada con imágenes a tiempo real que “nos permite a los profesionales visualizar y planificar la intervención de manera personalizada”, explica el especialista del hospital Quirónsalud Miguel Domínguez, único centro en el noroeste peninsular que utiliza esta técnica.
La intervención en el quirófano apenas dura unos 30 minutos
La intervención robótica se combina con imagenología avanzada (uso clínico de imágenes de diagnóstico), en tiempo real, para realizar una resección precisa y personalizada que se adaptada a las características anatómicas de cada paciente. El cirujano visualiza toda la próstata en tiempo real, mapea qué partes extirpar y cuáles evitar. Tras la planificación quirúrgica, un chorro de agua sin radiofrecuencia controlado robóticamente extirpa el tejido prostático identificado.
Al ser una técnica mínimamente invasiva reduce el trauma en los tejidos circundantes de la próstata, lo que se traduce en una recuperación más rápida. Además, la intervención en el quirófano apenas dura unos 30 minutos.