La osteoartritis, una enfermedad que causa dolor severo en las articulaciones, afecta a más de 20 millones de personas en Estados Unidos. Existen tratamientos farmacológicos que ayudan a aliviar el dolor, pero no existen terapias que puedan revertir o retardar la degradación del cartílago asociada a la patología.
Conscientes de esta problemática, un equipo de ingenieros del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés Massachusetts Institute of Technology) ha diseñado un nuevo material que puede administrar medicamentos directamente al cartílago. En concreto, este sistema puede penetrar profundamente en el cartílago, liberando fármacos que podrían curar el tejido dañado.
"Esta es una forma de llegar directamente a las células que están sufriendo daño, lo que permite introducir diferentes tipos de terapias que podrían cambiar su comportamiento"
"Esta es una forma de llegar directamente a las células que están sufriendo daño, lo que permite introducir diferentes tipos de terapias que podrían cambiar su comportamiento", explica Paula Hammond, directora del Departamento de Ingeniería Química del MIT y autora principal del estudio.
En pruebas preliminares con ratas, los investigadores demostraron que administrando un fármaco experimental llamado factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1) previno, con este material, la descomposición del cartílago de manera mucho más efectiva que inyectar el fármaco en la articulación.
Esta significativa publicaciónaparece en la última edición de Science Translational Medicine. Ahora, el objetivo de los científicos es trasladar los buenos resultados obtenidos en animales a los humanos aunque, revelan, todo dependerá de su caapcidad para trabajar en un cartílago más grueso.