Los videojuegos tienen el potencial de proporcionar apoyo de bajo coste, fácil acceso, efectivo y libre de estigma para algunos problemas de salud mental, según un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación de Software de la Fundación Científica de Irlanda.
El equipo ha explicado que los videojuegos podrían usarse donde las terapias convencionales no están disponibles debido al coste o la ubicación, o como una adición a los tratamientos terapéuticos tradicionales para la depresión o la ansiedad.
Además, han declarado que "hay una creciente evidencia científica que respalda la eficacia de los videojuegos comerciales para mejorar los resultados de salud mental". "Vale la pena considerar los videojuegos comerciales como una opción alternativa potencial para la mejora de varios aspectos de la salud mental a nivel mundial", han indicado.
"La accesibilidad general y la omnipresencia de los videojuegos comerciales dentro de la sociedad moderna los posiciona como un medio invaluable para llegar a las personas con trastornos de salud mental, independientemente de la edad y el sexo, y con acceso limitado a la atención de salud mental, particularmente relevante durante la actual pandemia de COVID-19", han reiterado.
Hay una creciente evidencia científica que respalda la eficacia de los videojuegos comerciales para mejorar los resultados de salud mental
Concretamente, la investigación se ha llevado a cabo en el contexto de la carga de los servicios financieros y de atención médica de las enfermedades mentales, que afecta a más del 14% de la población mundial.
"Existe una mayor demanda de métodos accesibles y rentables que prevengan y faciliten el afrontamiento de las enfermedades de salud mental. Esta demanda se ha exacerbado tras la llegada de la pandemia de COVID-19 y el posterior aumento de los trastornos de salud mental, la depresión y la ansiedad en particular", han dicho.
En esta línea, también han asegurado que "los videojuegos de Realidad Virtual (VR) disponibles comercialmente también tienen un gran potencial en el tratamiento de problemas de salud mental".
"Estos son muy adecuados para la implementación de técnicas cognitivo-conductuales para el tratamiento de la depresión y los trastornos de ansiedad", han finalizado.