A día de hoy, existen más de 2.000 millones de personas con miopía en el mundo y, según las últimas estimaciones de los expertos, la mitad de la población será miope en el año 2050. Esta anomalía, que produce una visión borrosa o poco nítida de los objetos lejanos, se debe a una curvatura excesiva del cristalino, que hace que las imágenes de los objetos se formen un poco antes de llegar a la retina.
Conscientes de esta problemática, un equipo de científicos de la Universidad Politécnica de Hong Kong (China) ha desarrollado unas lentes que pueden ralentizar la progresión de la miopía en los niños. El centro de la lente funciona de forma idéntica a unas gafas comunes, ajustándose a la miopía o el astigmatismo.
"Con el ámbito de las gafas nos encontramos el desafío de que el ojo se mueve detrás del cristal, por lo que la óptica de desenfoque miópico debe incorporarse en toda la lente"
No obstante, los extremos del cristal cuentan con docenas de puntos de desenfoque miópico, lo que fomenta la corrección de la visión. Unas lentes, bautizadas como Defocus Incorporated Multiple Segments (DIMS), que funcionan en todas las distancias de visualización.
"Hemos intentado incorporar ópticas de desenfoque miópico en diferentes modalidades de tratamiento, como en el caso de las lentes de contacto. Con el ámbito de las gafas nos encontramos el desafío de que el ojo se mueve detrás del cristal, por lo que la óptica de desenfoque miópico debe incorporarse en toda la lente", ha explicado Chi-ho To, docente de la Universidad Politécnica de Hong Kong.
En el 21% de los niños que se sirvieron de las nuevas gafas, la progresión de la miopía se detuvo por completo
El propio profesor ha indicado que "gracias a la lente Defocus Incorporated Multiple Segments, podemos colocar múltiples microdispositivos en toda la superficie de las gafas, adaptándonos, así, al movimiento del ojo humano".
Las gafas han sido analizadas en 160 niños con diversos niveles de miopía y astigmatismo. Así, la media de la progresión miope en los niños que utilizaron el dispositivo fue significativamente más lenta que en aquellos pequeños se no se sirvieron de las mismas. De hecho, en el 21% de los niños que se sirvieron de las nuevas gafas, la progresión de la miopía se detuvo por completo.