Pero aunque parece tener poca importancia, es un problema que afecta a la calidad de vida del usuario, sobre todo porque muchos símbolos de la sociedad se componen de esos colores (como los semáforos o las señales de tráfico) y el daltonismo les impide trabajar en ciertas profesiones. Ahora, sin embargo, Valspar paint y EnChroma han desarrollado unas gafas que corregirían en mayor o menor medida esta disfunción.
Han presentado sus resultados en un corto documental en el que un grupo de daltónicos logran ver el completo espectro de color. Para ello, estuvieron delante de una galería de arte con arcoiris, puestas de sol, y pinturas con gran diversidad de colores. Un padre logró incluso ver por primera vez los dibujos de su hijo a todo color. Un hombre mayor, también daltónico, expresa su asombro ante los colores que ve por primera vez al mirar la galería de arcoiris, asombrado ante lo desconocido.
“Al final la experiencia del color es tan privada que no se sabe muy bien cómo explicarlo. Este es otro aspecto muy extraño y verdadero del color. Sería muy difícil, casi imposible, para explicar los diferentes colores a alguien que nunca los ha visto. La mayoría de los adjetivos que podríamos utilizar para explicar un color (por ejemplo, podríamos llamar al verde “fresco” o “exhuberante”), en realidad provienen de nuestro conocimiento de las cosas que son propias de ese color, pero no del color en sí mismo”, exponen en el vídeo.
La experiencia del color es muy personal, y la forma de percibirlo aún sin ser daltónico es distinta. Van Gogh sufría daltonismo y pudo reflejarlo bien en los cuadros azules y amarillos.
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