Los wearables son dispositivos electrónicos y aparatos “vestibles”, es decir, se incorporan sobre alguna parte de nuestro cuerpo para realizar una tarea específica. Ropa, relojes, gafas, pulseras o tatuajes, las wearables se han orientado en el mercado en cinco grandes grupos: salud, deporte y bienestar, entretenimiento, industrial o militar. Así, en la actualidad no cabe duda de que la tecnología wearable sirve para ayudar al paciente a controlar numerosos aspectos de su salud, como el ritmo cardíaco, la calidad del sueño, los niveles de azúcar en sangre e, incluso, la depresión.
Los relojes y las pulseras inteligentes son los dispositivos que mayor popularidad han alcanzado. Entre sus funciones, permiten monitorizar el ritmo cardíaco, los niveles de glucosa, los pasos que se dan durante el día, las horas de sueño durante la noche, las calorías que consume el usuario o monitoriza la presión arterial. Todos estos datos se almacenan y se registran en apps móviles, con las que el paciente puede compartir sus datos con el médico, mejorando el seguimiento y la adherencia al tratamiento.
Todos estos datos se almacenan y se registran en apps móviles, con las que el paciente puede compartir sus datos con el médico, mejorando el seguimiento y la adherencia al tratamiento
Un ejemplo es la pulsera inteligente que monitoriza las constantes vitales de bebés y niños de hasta siete años, Liip Smart Monitor, y que emite un aviso a los padres cuando aumenta la frecuencia cardiaca de los más pequeños, ayudando así a los médicos a diagnosticar posibles trastornos como la epilepsia cuando revisan los datos recogidos y detallados en una plataforma.
La compañía que la comercializa participó semanas atrás con una ponencia en la jornada organizada por la Federación Española de Epilepsia, la I Feria de Investigación en Epilepsia, celebrada con motivo del Día Nacional de la Epilepsia. Durante la jornada se presentaron, entre otros, las novedades tecnológicas que ayudan en la salud de este trastorno.
Las epilepsias tienen varias características, explica David Güemez, cofundador de Liip y director de ventas. “Por una parte, generan, normalmente, alteraciones en constantes vitales como la frecuencia cardiaca. Por otro, desde el punto de vista médico, conocer el modo en que estos eventos tan imprevisibles afectan a las constantes vitales y su duración son fundamentales para estudiar su clínica. Y en los bebés muchas veces los padres no se dan cuenta porque se producen de noche y no saben si se trata de una crisis o de si han tenido una pesadilla, generando una ansiedad terrible”.
En este sentido, señala que Liip Smart Monitormonitoriza las principales constantes vitales de los bebés como son la temperatura periférica, el oxígeno en sangre y la frecuencia cardiaca, lo cual se lleva a cabo de forma continuada –día y noche- y se detalla de forma visual en la app, donde también hay un historial de notificaciones. “Si la frecuencia cardiaca sobrepasa los niveles recomendados y dura un determinado intervalo de tiempo emitimos una alerta a los padres. Así, después, el pediatra puede disponer de información objetiva que le permite realizar un diagnóstico más preciso en función de los datos que la plataforma ha recogido. Los padres están más tranquilos y los pediatras amplían su conocimiento”.
Asimismo, la empresa va a aprovechar todo este trabajo de investigación y recogida de datos para obtener un algoritmo con el cual los médicos puedan emitir un diagnóstico más acertado. De hecho, cuentan ya con más de 400 usuarios en España en ocho meses. “Se ayuda a los padres mediante el sistema de alertas y a los médicos porque tienen datos más concretos”, apunta Güemez.