Un estudio publicado en la revista científica Canadian Medical Association Journal sugiere que una aplicación experimental para smartphone podría ser una alternativa eficaz al método tradicional de evaluación de la circulación en aquellos individuos que necesitan de un proceso quirúrgico para restablecer el flujo normal de sangre al corazón.
Antes de los citados procesos quirúrgicos, los cirujanos deben analizar si la arteria que van a intervenir está lo suficientemente sana como para traspasarla con un catéter hasta el corazón para eliminar, así, cualquier obstrucción y volver a instaurar el normal flujo sanguíneo. Hasta el momento y de forma habitual, los profesionales se han basado en el test de Allen, que consiste en bloquear la circulación de la mano hasta que se vuelve blanca para, posteriormente, aliviar la presión en una de las dos arterias principales y comprobar, así, si la mano vuelve a su color habitual, lo que indicaría que la artería está sana.
"Usar un smartphone para monitorizar los cambios de color en las yemas de los dedos es mucho más preciso para detectar cambios sutiles"
Para la investigación, el equipo del Heart Institute de la Universidad de Ottawa (Canadá) comparó los resultados de la prueba de Allen con la eficacia de una aplicación experimental que permite medir la circulación. Para ello, el sistema usa la cámaradel teléfono inteligente y monitoriza los cambios de color en las yemas de los dedos.
Gracias a este mecanismo, los profesionales de la Medicina diagnosticaron correctamente la salud de las arterias en un 92% de los casos, lo que incrementa en diez puntos porcentuales la eficacia de la prueba de Allen. "Usar un smartphone para monitorizar los cambios de color en las yemas de los dedos es mucho más preciso para detectar cambios sutiles en comparación con la opinión general de los facultativos sobre el color de la mano", señala el autor principal del estudio, el doctor Benjamin Hibbert, docente del centro académico canadiense.
En este sentido, los investigadores son optimistas y sugieren que los teléfonos inteligentes pueden, en un futuro cercano, tener un gran potencial como herramientas médicas. No obstante, la aplicación se encuentra en una fase experimental, por lo que no está disponible para el uso generalizado de médicos o pacientes.
"Una de las principales ventajas de este sistema es que se están comprobando y midiendo todas las regulaciones que exige la Administración, algo que, a menudo, no ocurre con las tecnologías de salud móviles", sentencia el doctor Kumanan Wilson, docente de la Universidad de Ottawa.