Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA por sus siglas en inglés), al menos 115 personas mueren cada día en Estados Unidos por una sobredosis de opioides.
Durante la sobredosis, una persona empieza a respirar de forma más lenta o, directamente, deja de respirar. Estos síntomas pueden ser reversibles si se detectan a tiempo, sin embargo, las personas que lo padecen pueden no tener forma de pedir ayuda por sí mismas.
Por esta razón, investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado una aplicación para teléfonos móviles que puede detectar si alguien está experimentando una sobredosis de opioides.
La aplicación utiliza el sonar para controlar la frecuencia respiratoria de una persona y detectar cuándo se ha producido una sobredosis de opioides. Hasta ahora, la aplicación detecta con precisión los síntomas relacionados con la sobredosis aproximadamente el 90% del tiempo y puede rastrear la respiración de alguien desde una distancia de hasta 3 pies.
La aplicación rebota imperceptiblemente las ondas de sonido en el pecho de la persona que consume este tipo de medicamentos y luego las analiza cuando regresan
''La idea es que las personas puedan usar la aplicación durante el uso de opioides para que, en caso de una sobredosis, el teléfono pueda conectarlos con un amigo o con los servicios de emergencia para proporcionar naloxona, el medicamento que puede detener los síntomas de dicha sobredosis'', ha señalado Shyam Gollokota, una de las investigadoras del estudio, quien ha añadido, además, que ''aquí mostramos que hemos creado un algoritmo para un teléfono inteligente que es capaz de detectar sobredosis al monitorear cómo cambia la respiración de alguien antes y después del uso de opioides''.
Y es que, la aplicación rebota imperceptiblemente las ondas de sonido en el pecho de la persona que consume este tipo de medicamentos y luego las analiza cuando regresan, para evaluar la frecuencia respiratoria.
''Estamos buscando dos precursores principales de la sobredosis de opioides: cuando una persona deja de respirar, o cuando la frecuencia respiratoria de una persona es de siete respiraciones por minuto o menos'', ha explicado el doctor Jacob Sunshine, otro de los investigadores del estudio.