Los vendajes inteligentes para administrar medicamentos y tratar y monitorizar heridas crónicas, ya son una realidad. Y es que, investigadores de la Universidad Tufts han desarrollado el prototipo de un vendaje inteligente diseñado para monitorizar activamente el estado de las heridas crónicas, así como administrar medicamentos apropiados para mejorar las posibilidades de curación. El principal objetivo, señalan los investigadores, es transformar los vendajes tradicionales de un tratamiento pasivo a una parte activa del proceso de curación.
Las heridas crónicas de la piel por quemaduras, diabetes y otras afecciones médicas pueden desbordar las capacidades regenerativas de la piel y, a menudo, provocar infecciones y amputaciones persistentes. Según ha informado el centro universitario, con la idea de proporcionar una asistencia para el proceso de curación natural, los investigadores han diseñado los vendajes con elementos de calentamiento y portadores de fármacos de respuesta térmica que pueden ofrecer tratamientos a medida en respuesta a los sensores de temperatura y pH integrados que rastrean la infección y la inflamación.
El sensor de temperatura se convierte en un buen indicador para medir la inflamación de la herida y actuar en consecuencia
En este sentido, cabe señalar que las heridas crónicas no curativas son un problema médico importante. Así, casi un 15% de los beneficiarios de Medicare requieren tratamiento para al menos un tipo de herida crónica o infección a un coste anual de aproximadamente 28.000 millones de dólares (23.865 millones de euros), según una investigación publicada en 'Value in Health'.
Con frecuencia, los pacientes son mayores, no ambulatorios y tienen una capacidad limitada para brindar autocuidado, aunque las heridas que no se curan generalmente se tratan de forma ambulatoria o en el hogar. Los vendajes inteligentes podrían proporcionar monitoreo en tiempo real y la administración del tratamiento con una intervención limitada del paciente o los cuidadores.
AYUDAR A COMBATIR LAS HERIDAS
El pH de una herida crónica es uno de los parámetros clave para controlar su progreso. Las heridas corrientes cuentan con un pH que varía de 5.5 a 6.5, mientras que las heridas infectadas que no cicatrizan pueden tener un pH muy superior a 6.5. La temperatura también es un parámetro importante, que proporciona información sobre el nivel de inflamación en y alrededor de la herida. Basándose en esta premisa, los sensores de pH detectarían con facilidad cada vez que una herida estuviera infectada.
Por otro lado, el sensor de temperatura se convierte en un buen indicador para medir la inflamación de la herida y actuar en consecuencia.
Seguidamente, un microprocesador lee los datos de los sensores y puede liberar el fármaco bajo demanda de sus portadores calentando el gel. El constructo completo está unido a una cinta médica transparente para formar un vendaje flexible de menos de tres milímetros de grosor. Los componentes fueron seleccionados para mantener el vendaje de bajo coste y desechable, a excepción del microprocesador, que puede ser reutilizado.
Todavía, estos vendajes inteligentes no han sido probados en un contexto clínico, sólo se ha probado su eficacia en condiciones in vitro. Actualmente, se están realizando estudios preclínicos para determinar sus ventajas clínicas para facilitar la curación en comparación con los vendajes tradicionales y los productos para el cuidado de heridas.