Si una persona evoca la imagen de un quirófano proyectará, con total seguridad, una sala de operaciones repleta de elementos tecnológicos. Y es que la medicina, desde hace décadas, no se entendería sin la inestimable ayuda de la robótica. Si echamos la vista atrás, veremos como en áreas como la radiología se comenzaron a utilizar elementos tecnológicos como los aparatos de tomografía computarizada. Algo similar ocurrió en los laboratorios clínicos, donde se emplean desde entonces mecanismos robóticos para tareas como el taponado y destaponado de muestras, para colocarlas y retirarlas de centrifugadoras, para el alicuotado o para su transporte.

El dispositivo de la Universidad de Utah está equipado con un taladro quirúrgico robotizado que efectúa cortes rápidos, limpios y seguros

No obstante, el gran impacto de la robótica en la medicina se ha producido con su utilización en el ámbito quirúrgico. En 1985 se utilizó un brazo robótico, el PUMA 560, para realizar biopsias neuroquirúrgicas con mayor precisión. Siete años más tarde, en 1992, se utilizó el prototipo RoboDoc para taladrar el fémur, mecánicamente y con más exactitud, en la realización de la artroplastia total de cadera, siendo este robot el primero aprobado por la FDA(Food and Drugs Administration por sus siglas en inglés). Con la llegada del siglo XXI, la institución reguladora americana dio luz verde a la utilización del sistema quirúrgico Da Vinci. Controlado por un cirujano que opera desde una consola, este mecanismo se diseñó para facilitar la cirugía compleja empleando un enfoque mínimamente invasivo. Este factor permite superar las limitaciones propias de la cirugía abierta y laparoscópica, potenciando en términos de visión, precisión y control las habilidades del cirujano.



SEGURIDAD Y PRECISIÓN, SUS MEJORES BAZAS

Desde entonces, la tecnología médica ha seguido avanzando a pasos agigantados y ahora un equipo de investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Utah (Estados Unidos) ha diseñado un robot que tiene la capacidad de reducir el tiempo que se emplea para una cirugía cerebral de dos horas a tan solo 2,5 minutos. El dispositivo está equipado con un taladro quirúrgico robotizado que efectúa cortes rápidos, limpios y seguros, disminuyendo así el tiempo en el que la herida está abierta y la duración de la anestesias.

El funcionamiento del robot cirujano desarrollado por el grupo de científicos se basa en la minuciosidad como eje sobre el que pivota su actividad. En primer lugar, los facultativos deben de registrar los datos óseos del paciente mediante una tomografía computarizada (TC) y la ubicación exacta de estructuras sensibles del organismo como los nervios, arterias o venas principales. Con este exhaustivo análisis, los cirujanos pueden planificarla trayectoria del corte que van a efectuar. El director de este proyecto, el cirujano William Cloudwell, explica que "podemos programarlo para perforar el hueso de forma segura con solo usar criterios de la tomografía computarizada del paciente".

El sistema ha sido diseñado por los especialistas para darle uso en un proceso específico: la cirugía cerebral que se emplea para extirpar tumores cancerosos en aquellos pacientes con pérdida auditiva significativa. Sin embargo y por sus múltiples cualidades, este robot cirujano puede utilizarse en muchos otros procedimientos quirúrgicos, como en operaciones complejas de cráneo o intervenciones en la columna vertebral. Así mismo, este prototipo también puede servir de herramienta educativa en las facultades de Medicina. Y es que, día tras día, el papel de la tecnología en las aulas de ciencias de la salud se incrementa.

Con todos los resultados obtenidos en estos ensayos, el grupo ha optimizado el prototipo para que sea ligero y portátil

A día de hoy, el equipo del Centro de Ciencias de la Salud de la institución académica americana está en proceso de comercialización de su robot quirúrgico, y prevén que estará disponible en el mercado en los próximos dos años. Así, su precio de venta estará entorno a los 100.000 dólares, es decir, alrededor de 90.000 euros.