La compañía estadounidense Admetsys, con sede en Boston, ha desarrollado un sistema para controlar los niveles de glucosa en sangre de los pacientes en estado crítico. En concreto, se trata de un páncreas artificial con un sistema basado en un chip (que hace el proceso que se haría en un laboratorio) incrustado dentro de un catéter intravenoso para medir la glucosa y el ácido láctico, suministrando automáticamente insulina o glucosa para mantener al paciente dentro del rango normal.
Las mediciones se realizan aproximadamente cada cinco minutos, y dado que la detección está integrada, no se extrae sangre del paciente, ni se realizan pinchazos en los dedos. Además, una vez que se coloca el catéter y se inicia el sistema, no hace falta que una enfermera regule el azúcar en la sangre.
El dispositivo nace porque al corregir los niveles anormales de glucosa y mantenerlos a velocidades normales de recuperación, se previenen las infecciones y reducen las complicaciones. Algo que, hasta la fecha, ha sido difícil e impreciso.
El sistema ya se está moviendo a través de los marcos regulatorios en Estados Unidos y en Europa, pero la compañía aún no ha recibido ninguna aprobación.