Los derrames cerebrales son una de las principales causas de discapacidad a largo plazo y pueden ocurrir a cualquier edad. A muchos les afecta a la movilidad de los brazos y manos, lo que dificulta la realización de tareas diarias de rutina. Por ello, se está estudiando un nuevo enfoque para la rehabilitación del accidente cerebrovascular que podría ayudar a los pacientes a recuperar sus habilidades motoras con mayor rapidez.
En concreto, en grupo de especialistas en rehabilitación de accidentes cerebrovasculares del Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio están involucrados en un nuevo ensayo clínico que estudia la estimulación del nervio vago para mejorar la rehabilitación de este tipo de pacientes.
La prueba consiste en implantar a los pacientes un dispositivo eléctrico en la pared de su tórax, llamado estimulador del nervio vago, conectándolo con el cuello.
De esta forma, el aparato es capaz de "reconectar" circuitos en el cerebro asociados con ciertas funciones motoras. Cuando un paciente realiza correctamente un ejercicio durante las sesiones de terapia de rehabilitación, el dispositivo estimula el nervio vago, que le indica al cerebro que recuerde ese movimiento.
"El objetivo es ver si podemos mejorar la recuperación motora en personas que tienen, en efecto, un marcapasos cerebral implantado en su cuerpo", ha apuntado la doctora Marcie Bockbrader, fisiatra de investigación del Instituto Neurológico de la Universidad Estatal de Ohio Wexner Medical. "La idea es combinar este ritmo cerebral con la rehabilitación normal y ver si los pacientes que han pasado por todas las otras terapias habituales después de un accidente cerebrovascular pueden mejorar aún más", ha añadido la experta.
Esta iniciativa ha demostrado que beneficia aproximadamente al 85% de las personas que recibieron la estimulación nerviosa. Bockbrader ha señalado que este tipo de "terapia" es como encender un interruptor, haciendo que el cerebro del paciente sea más receptivo al tratamiento.