Mejorar la precisión y evitar diagnósticos erróneos en la detección de las infecciones de oído (sólo en Estados Unidos se detectan dos millones de falsos positivos al año), es la principal obsesión de un grupo de científicos del Centro Médico de Niños de Connecticut, que han diseñado un dispositivo con infrarrojos más preciso aún que los habituales otoscopios utilizados por los profesionales sanitarios.
Y es que, como señalan los desarrolladores, el único signo diagnóstico claro de una infección en el oído es una acumulación de líquido detrás del tímpano. Pero la vista a través de un otoscopio convencional no puede penetrar lo suficientemente profundo en los tejidos para revelar dichas acumulaciones. Para ello, se requieren equipos más costosos. “Una de las limitaciones de la tecnología existente es que no se puede ver a través del tímpano, por lo que no se puede ver fácilmente el fluido. Pero con nuestro dispositivo el tímpano básicamente se vuelve transparente”, indica Jessica Carr, una de las investigadoras del proyecto, que se ha publicado recientemente en la revista PNAS.
Detectar adecuadamente este tipo de infecciones resulta esencial para evitar la dispensación de antibióticos innecesarios, especialmente a niños, que pueden generar una resistencia a los mismos de cara al futuro.
Después de las exitosas pruebas iniciales sobre 10 sujetos adultos, el equipo investigador se encuentra ahora en el proceso de llevar a cabo pruebas en pacientes pediátricos para confirmar la exactitud de los resultados del diagnóstico. Suponiendo que las pruebas fueran bien, el equipo espera comercializar el dispositivo próximamente.
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Detectar adecuadamente este tipo de infecciones resulta esencial para evitar la dispensación de antibióticos innecesarios, especialmente a niños, que pueden generar una resistencia a los mismos de cara al futuro
El nuevo dispositivo, cuyo diseño todavía está en desarrollo, utiliza concretamente una luz infrarroja de onda corta, que puede penetrar mucho más profundo que la luz visible que usan los otoscopios, y que sólo pueden penetrar unos milímetros en el tejido del oído.Y es que, como señalan los desarrolladores, el único signo diagnóstico claro de una infección en el oído es una acumulación de líquido detrás del tímpano. Pero la vista a través de un otoscopio convencional no puede penetrar lo suficientemente profundo en los tejidos para revelar dichas acumulaciones. Para ello, se requieren equipos más costosos. “Una de las limitaciones de la tecnología existente es que no se puede ver a través del tímpano, por lo que no se puede ver fácilmente el fluido. Pero con nuestro dispositivo el tímpano básicamente se vuelve transparente”, indica Jessica Carr, una de las investigadoras del proyecto, que se ha publicado recientemente en la revista PNAS.
Detectar adecuadamente este tipo de infecciones resulta esencial para evitar la dispensación de antibióticos innecesarios, especialmente a niños, que pueden generar una resistencia a los mismos de cara al futuro.
Después de las exitosas pruebas iniciales sobre 10 sujetos adultos, el equipo investigador se encuentra ahora en el proceso de llevar a cabo pruebas en pacientes pediátricos para confirmar la exactitud de los resultados del diagnóstico. Suponiendo que las pruebas fueran bien, el equipo espera comercializar el dispositivo próximamente.
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