En el96% de las ocasiones, el paciente logró identificar las texturas de forma exitosa al tocar objetos con el dedo biónico
Mediante dos electrodos conectados a los nervios del antebrazo, los sensores del prototipo envían pequeños impulsos eléctricos al cerebro, donde son interpretados en forma de sensaciones. "La estimulación se sentía casi como lo que iba a sentir con la mano real", explica Dennis Sørensen, el primer paciente con el que se experimentó esta tecnología, tras haber sufrido la amputación en su brazo. En concreto, en el96% de las ocasiones, el paciente logró identificar las texturas de forma exitosa al tocar objetos con el dedo biónico. Posteriormente, los investigadores hicieron la misma prueba con personas que no han sufrido amputaciones, descubriendo, mediante un escáner cerebral (EEG) que las regiones del cerebro que se activaban al tocar con la mano superficies rugosas eran las mismas que se activaban cuando una persona amputada las tocaba utilizando el dedo artificial.
Según los investigadores, cuyo proyecto se ha publicado en la revista eLife, este hallazgo puede revolucionar el ámbito de las prótesis ya que dará paso al desarrollo de implantes biónicos completos con un preciso sentido del tacto, y también podría ayudar a la mejora de robots quirúrgicos y otras tecnologías sanitarias.