El trasplante por nefrectomía transvaginal consiste en extraer el riñón de la donante por la vagina e introducirlo, también por la vagina, en la receptora del órgano
Desde hace apenas unos meses, el equipo de Alcaraz (previamente en la Fundación Puigvert se había ejecutado una intervención parecida) utiliza la versión Da Vinci Xi para realizar trasplantes renales con una técnica que prácticamente escapa a la lógica humana: la nefrectomía transvaginal.Se trata, en suma, de extraer un riñón por la vagina a una mujer donante viva, para después introducirlo, también por la vagina, a la receptora del trasplante. Todo ello, con sólo cuatro pequeñas incisiones, que apenas dejan cicatrices, con un período de recuperación de unas 48 horas, y sin afectar a la función sexual de las pacientes (incluso puede mejorarla).
“Se trata de un cambio de paradigma en la realización de este tipo de intervenciones”, afirmaba Alcaraz en un comunicado del Clinic. Y es que la llegada de técnicas como el trasplante robótico es uno de los factores que permiten a España seguir siendo líderes mundiales (lleva 24 años siéndolo, y muy probablemente también lo será en 2016), en trasplantes y donaciones de órganos, como reconoció el director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, en unas jornadas celebradas recientemente en Zaragoza.
MAYOR PRECISIÓN
A diferencia de la laparoscopia, el Da Vinci tiene brazos móviles, lo que ayuda a conectar el riñón una vez se introduce dentro del cuerpo de la trasplantada
Hasta ahora, este tipo de trasplantes se realizaba mediante cirugías abiertas, generando cicatrices de gran tamaño, y más dolor en los pacientes durante el postoperatorio. Posteriormente, se intentó aplicar la laparoscopia aunque, al menos en el trasplante transvaginal, resulta una intervención muy difícil, puesto que el aparato puede introducir el órgano, pero no suturarlo y revascularizarlo en el interior del cuerpo para que funcione, ya que su brazo es rígido a la hora de manejarlo.Es aquí donde entra el juego el Da Vinci. Como explica a SaluDigital.es Mireia Musquera, responsable de la Unidad quirúrgica del Trasplante Renal del Clinic, y componente del equipo de Alcaraz en algunas intervenciones, “a diferencia de la laparoscopia, el robot sí que puede ayudar a conectar el riñón, porque su brazo es movible, y no rígido. Además, aporta una visión magnificada en 3D de la zona que se está operando, lo que permite ser mucho más preciso en los movimientos”.
De esta forma, basta con realizar cuatro pequeños orificios, de apenas unos centímetros, en el abdomen de la paciente, para introducir los brazos del robot y manejar el órgano dentro del cuerpo con total precisión.
Para proteger el riñón durante todo el proceso, los profesionales utilizan la tecnología para, estando aún en el interior de la donante, introducirlo en una bolsa, y así evitar posibles infecciones al salir, o entrar por la vagina.
LA TÉCNICA MÁS AVANZADA
La superviviencia del trasplante renal a cinco años es ya del 90% en general y alcanza el 95% en caso de los riñones procedentes de donantes vivos
La técnica, inventada en la India, se realiza también en Estados Unidos. En España, sin embargo, aún es limitada (en el Clínic se han realizado 8 trasplantes robóticos, tres en mujeres y cinco en hombres, en los que se introduce el riñón por el ombligo), dado sus altos costes. Si bien, Musquera espera que en los próximos años buena parte de los trasplante renales a partir de donantes vivos se realicen con ayuda del robot.No obstante, la experta aclara que, en estas complejas intervenciones, el Da Vinci sólo se utiliza para el trasplante en sí, pero no para extraer el riñón del donante, puesto que esto se puede realizar por procedimientos menos costosos e igual de útiles como la laparoscopia.Si bien, en el caso del Clinic,van más allá al utilizar la técnica NOTES (Natural Orifice Transluminal Endoscopy Surgery), mediante un sistema endoscópico algo más complejo que lalaparoscopia tradicional.
Musquera está de acuerdo en que el trasplante robótico es lo más avanzado a nivel quirúrgico en materia de trasplantes, y que con el tiempo se extenderá al trasplantes de otros órganos, más allá de los renales, donde la superviviencia a cinco años es ya del 90% en general y alcanza el 95% en caso de los riñones procedentes de donantes vivos. Todo un hito posible, en parte, gracias a la perfecta conjunción entre el hombre y la tecnología.