China ha sido pionera a la hora de realizar el trasplante completo de un cráneo de titanio obtenido mediante impresión 3D, que le fue implantado a una niña de 3 años con hidrocefalia. La intervención tuvo lugar en el Segundo Hospital Popular de la ciudad de Changsha y se prolongó durante 17 horas.
El proceso constó de una primera fase, en la que se drenó la cabeza de la paciente, extrayendo hasta 7,5 litros de líquido cefalorraquídeo. Posteriormente, los cirujanos procedieron a implantar el cráneo elaborado con piezas de titano impresas en 3D, en función de un modelo de cráneo de la niña.
De esta forma, la operación ha permitido reducir considerablemente el tamaño de la cabeza de la menor, que pesaba 20 kilogramos, lo que podría ocasionarle problemas de movimiento y visión y causarle graves infecciones.
La hidrocefalia es una enfermedad que provoca una acumulación de líquido (llamado líquido cefalorraquídeo) en el cerebro. Esto provoca una presión excesiva en los tejidos del cerebro, causando síntomas que van desde vómitos y parálisis hasta pérdida de visibilidad, además del aumento desproporcionado del tamaño del cráneo.
La intervención realizada en China ha utilizado por primera vez un cráneo de titanio impreso en 3D. Si bien, en 2014, el Hospital Universitario de Utrecht, logró salvar la vida de una joven de 22 años mediante la implantación de una prótesis de plástico del cráneo, también impresa mediante tecnología tridimensional.
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El proceso constó de una primera fase, en la que se drenó la cabeza de la paciente, extrayendo hasta 7,5 litros de líquido cefalorraquídeo. Posteriormente, los cirujanos procedieron a implantar el cráneo elaborado con piezas de titano impresas en 3D, en función de un modelo de cráneo de la niña.
De esta forma, la operación ha permitido reducir considerablemente el tamaño de la cabeza de la menor, que pesaba 20 kilogramos, lo que podría ocasionarle problemas de movimiento y visión y causarle graves infecciones.
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La intervención realizada en China ha utilizado por primera vez un cráneo de titanio impreso en 3D. Si bien, en 2014, el Hospital Universitario de Utrecht, logró salvar la vida de una joven de 22 años mediante la implantación de una prótesis de plástico del cráneo, también impresa mediante tecnología tridimensional.
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