En los últimos 30 años las tecnologías digitales han transformado por completo las sociedades y la forma de entender la economía a nivel global. La evolución experimentada por la Humanidad en los últimos años a nivel tecnológico es comprable a la Revolución Industrial. Pero la transformación digital no se trata de internet, los smartphones o el desarrollo de software. Se trata del data.
La tecnología abre las puertas a una nueva forma de crear, compartir y analizar los datos en tiempo real. Hecho que ha cambiado todos los sectores e industrias a todos los niveles. Y la Salud no ha sido una excepción.
El rápido avance de la digitalización así como el inmenso abanico de posibilidades que ofrece están siendo aprovechados por una industria donde, de forma histórica, la información y la comunicación se han presentado como elementos intrínsecos. Hecho que se ha traducido en una industria con una riqueza en data muy importante pero con unos bajos niveles de información. Situación que está cambiando.
Con esta fotografía de fondo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado los resultados de su estudio “Health in the 21st Century: Putting Data to Work for Stronger Health Systems”.
La prestación de asistencia sanitaria estructurada en torno a las tecnologías de la información y a comunicación, puede reportar un gran potencial a los sistemas sanitarios
Un documento que supone la culminación de un proyecto iniciado en 2010 por la organización ante las dudas de los ministros de Sanidad sobre cómo el Big Data y las nuevas tecnologías pueden utilizarse para desarrollar e implementar servicios que puedan aplicarse al mundo de la Salud.
Dentro del extenso y detallado informe ponemos el foco en el apartado titulado “New ways of delivering care for better outcomes”. La prestación de asistencia sanitaria estructurada en torno a las tecnologías de la información y la comunicación, puede reportar un gran potencial a los sistemas sanitarios a la hora de hacerlos más efectivos, equitativos y, por supuesto, más eficientes.
Estas, en combinación con el data, deben aprovecharse para rediseñar los servicios sanitarios de acuerdo a las nuevas necesidades y construir así servicios integrales en los que el eje central sea situar a las personas en el centro de todo el proceso.
El informe de la OCDE pone de manifiesto que el incremento del número de pacientes (cada vez más tecnológicos) en todos los países requiere el establecimiento de nuevos modelos de asistencia sanitaria. Aquí los datos reportados por el uso de las nuevas herramientas ayudan a identificar a cada uno de esos pacientes así como sus necesidades, mantenerles constantemente informados sobre su salud e implementar esquemas de comunicación y coordinación entre todos los proveedores.
Los pacientes con necesidades complejas, como aquellos que padecen enfermedades crónicas, son los que más se benefician del aprovechamiento de las nuevas soluciones tecnológicas. El uso del data es la clave para la remodelación de los servicios que este tipo de pacientes demanda. Cabe señalar que la integración de la atención de pacientes complejos puede traducirse en un mayor empleo de recursos. Motivo por el que la atención integrada debe ser personalizada y dirigida con precisión.
El modelado de datos procedentes de múltiples fuentes puede servir para desarrollar pautas de tratamiento que tengan en cuenta las diferentes necesidades de cada paciente como individuo
El uso de grandes volúmenes de conjuntos de datos puede convertirse en una fuente clave de información a la hora no solo de rediseñar los servicios, sino para personalizar las necesidades individuales de cada paciente.
El modelado de datos procedentes de múltiples fuentes puede servir para desarrollar pautas de tratamiento que tengan en cuenta las diferentes necesidades de cada paciente como individuo. De esta forma no se le aplicaría el procedimiento habitual establecido para cada patología, sino que podría beneficiarse de un tratamiento único generado en base al cruce de todos sus datos clínicos y los derivados del seguimiento de su enfermedad.
El término “system medicine” ha sido propuesto en este informe con el objetivo de describir el nuevo paradigma que se plantea. La selección de los tratamientos en pacientes con enfermedades complejas o varias crónicas se basaría en un análisis sobre todos los datos que se pueden recopilar sobre un sistema tan complejo como es el cuerpo humano, y determinar así el estado de salud del individuo.
Para poder lograr esto, es necesario que los datos se recopilen de forma adecuada, con el fin último claro con el que se quieren trabajar y que sean accesibles a toda la comunidad médica. Algo que se posibilita por la reducción de costes a la hora de compartir información en un mundo globalizado gracias a las nuevas herramientas.
Un claro ejemplo lo encontramos en Nueva Zelanda donde se ha creado un registro nacional de carácter virtual de pacientes diabéticos
Los registros pueden desarrollarse virtualmente mediante la agrupación de los datos atendiendo a las distintas fuentes existentes. Un procedimiento similar a los registros ya existentes sobre los historiales de salud informatizados o los programas de recetas electrónicas.Un claro ejemplo lo encontramos en Nueva Zelanda donde se ha creado un registro nacional de carácter virtual de pacientes diabéticos.
La combinación de los datos generados en la atención médica de rutina con los datos que pueden recopilarse a nivel genómico podría desbloquear nuevas vías de investigación para ayudar en la personalización de los tratamientos y hacerlos más efectivos.
El cáncer es el mejor ejemplo. La tecnología y el uso del data pueden utilizarse para crear un centro virtual global con información de todos los centros oncológicos en base, por ejemplo, a sus bancos de datos genómicos.
De esta forma podrían aplicarse en todo el mundo terapias desarrolladas con los datos de grandes volúmenes de pacientes con las informaciones genéticas de las mutaciones tumorales específicas.
Más allá de los tratamientos, una información comprensible y de fácil acceso puede empoderar a los pacientes y favorecer su salud por ejemplo, mejorando la información de los cuidadores o profesionales sanitarios.
Al mismo tiempo, las herramientas que permiten un intercambio de datos de forma bidireccional pueden mejorar la comunicación entre pacientes y proveedores, mejorando la capacidad de respuesta de ambas partes. Hay que señalar que, si bien esta mejora en la comunicación y un mayor acceso a información aumenta la capacidad de autogestión del paciente, nunca reemplazar a la atención profesional.
De los 15 países que han participado en el estudio de la OCDE, el 60% ha asegurado que trabajan en el desarrollo de iniciativas para permitir y/o promover el intercambio electrónico de datos
Los datos están ahí. También las tecnologías. Pero existen múltiples barreras para alcanzar la utopía sanitaria planteada a lo largo de estas líneas. Uno de los más preocupantes es el rechazo de muchos profesionales del sector en lo referente a la implementación de este tipo de herramientas.
La adopción de estas es un proceso lento pero parece que se avanza paso a paso. De los 15 países que han participado en el estudio de la OCDE, el 60% ha asegurado que trabajan en el desarrollo de iniciativas para permitir y/o promover el intercambio electrónico de datos.
Una de las aplicaciones más comunes de las nuevas herramientas y soluciones digitales en el sector Salud es la telemedicina. Un punto en el que más desarrollo se produce.
En 2015 Israel lanzaba un Programa Nacional de Salud Digital en el que se incluían diversas iniciativas relacionadas con la monitorización remota de pacientes. El Ministerio de Salud del país ha creado una plataforma de telemedicina que puede ser utilizada por todos los proveedores de atención médica del país.
Muchos países de la OCDE están aún lejos de ser conscientes del potencial que tienen las tecnologías para transformar los servicios sanitarios
Estas son algunas de las conclusiones más importantes extraídas del citado capítulo del informe. Las nuevas formas de prestar la atención sanitaria con el apoyo de las soluciones tecnológicas tienen un gran potencial.
Esta simbiosis hará que los sistemas de salud sean mucho más efectivos a la hora de mejorar la salud de la población en general, y de cada individuo en particular. Un beneficio que parte del correcto aprovechamiento de la información y que pueden ser la respuesta a las necesidades del creciente grupo de personas con multi necesidades patológicas o crónicas que crece en los países de la OCDE que demandan servicios cada vez más ajustados a sus problemas.
Muchos países de la OCDE están aún lejos de ser conscientes del potencial que tienen las tecnologías para transformar los servicios sanitarios. La identificación de los pacientes complejos, los sistemas para integrar toda la información que puede recopilarse y el acceso a la información digital, siguen siendo más bien la excepción antes que la regla. Y el problema que es una fotografía general, no solo un reto del sector Salud.