El Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que forma parte del Campus Vall d’Hebron, ha puesto en marcha un test NGS ultrasensible para su uso en biopsia líquida, a través de un acuerdo de transferencia de tecnología con Guardant Health. De esta forma, VHIO se convierte en el primer centro de investigación oncológica de Europa en disponer de esta tecnología, en concreto el test Guardant360 CDx, que proporciona información genómica sobre mutaciones, fusiones y amplificaciones génicas presentes en tumores sólidos a partir de una simple extracción de sangre y en menos tiempo. La implementación de esta tecnología ayudará a superar las limitaciones de las biopsias de tejidos y abre nuevas oportunidades en el campo de la medicina de precisión.
Guardant Health, fundada en 2012 en Estados Unidos, desarrolló por primera vez un test ultra sensible para su aplicación en biopsia líquida, basado en la tecnología de secuenciación de nueva generación, NGS. La empresa, referente a nivel mundial en el campo de la biopsia líquida y la oncología de precisión, fue la primera en recibir la aprobación de la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) para su test Guardant360 CDx.
“La incorporación de esta tecnología en VHIO nos permitirá avanzar hacia una medicina de precisión gracias a la mejora del uso de la biopsia líquida para detectar alteraciones genómicas en los tumores y diseñar tratamientos más efectivos para los pacientes”, comenta el doctor Josep Tabernero, director del VHIO y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitari Vall d'Hebron. “Nuestro objetivo es asegurarnos de que el uso de la biopsia líquida se convierta en una opción de diagnóstico habitual para que los profesionales podamos usarla con el fin de determinar el mejor tratamiento para los pacientes y, gracias a este acuerdo, podemos avanzar en esa línea”.
“Nuestro objetivo es asegurarnos de que el uso de la biopsia líquida se convierta en una opción de diagnóstico habitual para que los profesionales podamos usarla con el fin de determinar el mejor tratamiento para los pacientes y, gracias a este acuerdo, podemos avanzar en esa línea”
El equipo encargado de poner en funcionamiento esta tecnología es el Grupo de Genómica del Cáncer del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), liderado por la doctora Ana Vivancos, quien explica que “implementar esta tecnología en nuestro laboratorio nos supone un importante salto adelante en el campo de la biopsia líquida. Hemos realizado una extensa validación analítica interna del ensayo y logramos niveles muy elevados de sensibilidad y especificidad con la prueba”. “Guardant360 nos permite detectar alteraciones genómicas de interés clínico en más de 60 genes, en un tiempo récord de una semana y sin necesidad de disponer de una muestra de tejido”, añade la doctora Vivancos.
Por su parte, Helmy Eltoukhy, CEO de Guardant Health, comenta:“Nuestra visión es que todos los pacientes con cáncer a nivel mundial tengan acceso a diagnósticos de vanguardia para permitir mejores resultados a través de diagnósticos, selección de terapias y monitoreo más tempranos, rápidos y precisos, y este acuerdo con VHIO es un paso importante para lograr que esa visión se convierta en realidad”.
UNA ANALÍTICA DE SANGRE PARA DETECTAR MÁS MUTACIONES
El modelo de la medicina de precisión se basa en utilizar la información molecular de los tumores para elegir y adecuar los tratamientos a los pacientes, sobre todo en el uso de los fármacos dirigidos, que brindan mejores resultados para el paciente y menos efectos secundarios que la quimioterapia. La respuesta de un individuo a un tratamiento dirigido concreto a menudo depende del perfil genómico de su tumor.
En la biopsia líquida la muestra a analizar se obtiene a partir de un fluido corporal, generalmente a partir de una simple extracción de sangre, en que sabemos que se pueden determinar muchos marcadores tumorales. Es importante remarcar que la biopsia líquida no es lo mismo que la biopsia clásica y no permite realizar las mismas determinaciones que el tejido. Más bien se trata de una prueba complementaria que abre el camino a una mejor gestión de los pacientes en muchos escenarios.
Como comenta la doctora Ana Vivancos “la biopsia líquida ha venido para quedarse, es una herramienta más que tendrán los oncólogos y los hematólogos para ir un paso por delante de la enfermedad y mejorar así el seguimiento y tratamiento de los pacientes”.
Gracias a este tipo de pruebas se ha abierto el camino hacia la monitorización molecular de la enfermedad, identificando alteraciones que ayudan a los profesionales a decidir el tratamiento idóneo en cada momento, o informando sobre el curso de la enfermedad, si el paciente está en respuesta o la enfermedad está empezando a progresar (de forma que los profesionales asistenciales puedan anticiparse en el manejo del paciente).