Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son herramientas prometedoras para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia o deterioro cognitivo leve y la de sus cuidadores. Sin embargo, existen barreras para su uso. Con el fin de determinar cuáles son esas barreras, un equipo multidisciplinar −dentro del marco del proyecto europeo SMART4MD− ha analizado la actitud frente al uso de nuevas tecnologías (tecnofilia) por parte de estos colectivos de personas.
Como resultado del estudio destacan que los factores asociados con una mayor o menor tecnofilia son la edad, el nivel educativo y el conocimiento sobre tecnologías. Como conclusión, los investigadores indican que se necesitan intervenciones que utilicen estas tecnologías para superar las barreras en esta población relacionadas con las características sociodemográficas y las actitudes negativas hacia las TIC.
"El uso de teléfonos inteligentes y tabletas es cada vez más frecuente en las personas mayores con demencia o deterioro cognitivo leve, pero el uso de aplicaciones específicas para mejorar la condición cognitiva es limitado"
El proyecto europeo SMART4MD se ha realizado en dos fases. En la primera, se desarrolló una aplicación para pacientes con demencia o deterioro cognitivo leve donde participaron pacientes, cuidadores y médicos, a través de un diseño centrado en el usuario. En la segunda fase, se llevó a cabo un estudio piloto con personas que habían estado utilizando la aplicación durante seis meses. Se utilizaron los datos recogidos a 1086 pares (paciente y cuidador) de centros de España y Suecia.
Las medidas a estudiar fueron: la tecnofilia (con el cuestionario TechPH, que estudia la actitud hacia las tecnologías midiendo la satisfacción, ansiedad y entusiasmo ante las mismas) y el uso y familiaridad con dispositivos táctiles mediante un cuestionario hecho a medida. Otras variables analizadas fueron la calidad de vida relacionada con la salud y el deterioro funcional. Los resultados mostraron un menor nivel de tecnofilia en los pacientes en comparación con los cuidadores, con diferencias en el entusiasmo hacia la tecnología pero no en la ansiedad que produce. La tecnofilia se asoció con menor edad, género masculino, mayor nivel educativo, menor depresión y mejor estado de salud en las personas con demencia leve o deterioro cognitivo leve. En los cuidadores, la tecnofilia se asoció en mayor medida con la carga del cuidador.
En el estudio han participado nueve centros europeos: Universidad Politécnica de Madrid, Consorci Sanitari De Terrassa, Servicio Andaluz de Salud (España), Anglia Ruskin University, Healthbit (Reino Unido), UC Limburg (Bélgica), DEX Innovation Centre (República Checa), Athena ICT Limited (Israel) y Blekinge Institute of Technology (Suecia).
Como señala Rebeca García Betances, investigadora de la Universidad Politécnica de Madrid que ha formado parte del equipo que ha llevado a cabo el estudio “el uso de teléfonos inteligentes y tabletas es cada vez más frecuente en las personas mayores con demencia o deterioro cognitivo leve, pero el uso de aplicaciones específicas para mejorar la condición cognitiva es limitado. Las soluciones e intervenciones que utilizan estas tecnologías necesitan superar las barreras relacionadas con las características sociodemográficas, la brecha tecnológica y la falta de entusiasmo de estos colectivos por las nuevas tecnologías”.