El pasado martes 21 de diciembre a las 5:07 am despegaba del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, una nave espacial de reabastecimiento de SpaceX Dragon con casi 3.000 kilos de material para experimentos científicos y productos sanitarios. El cohete Falcon 9 era el encargado de lanzar la nave espacial y poco menos de 24 horas después, la Estación Espacial Internacional recibía el que es el envío número 24 de SpaceX.
Entre los productos enviados, podemos encontrar varios de categoría sanitaria. Los vendajes bioimpresos son uno de los más destacados. Según explica la NASA – Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos – se trata de vendajes que utilizan células y moléculas biológicas para imprimir tejidos o estructuras de tejidos biológicos. El estudio BioPrint FirstAid’ del Centro Aeroespacial Alemán ha diseñado un bioimpresor portátil y ligero que utiliza las propias células de la piel del paciente para crear un parche formado de tejido capaz de cubrir una herida y acelerar el proceso de cicatrización.
En un futuro no tan lejano, en misiones a la Luna y Marte, este dispositivo de bioimpresión con parches personalizados podría ayudar a curar lesiones ocurridas en el espacio y que pueden ser difíciles de tratar. Además de en el espacio, aquí abajo, en el planeta Tierra, podría tener muchos beneficios, pues permite el tratamiento seguro y sencillo en lugares donde la asistencia sanitaria puede ser más complicada.
SpaceX Dragon, fundada por Elon Musk, también ha enviado a la ISS – siglas en inglés de International Space Station o Estación Espacial Internacional – material para realizar experimentos que permitan mejorar la administración de medicamentos contra el cáncer. Y es que los anticuerpos monoclonales, utilizados para tratar gran cantidad de enfermedades, no se disuelven fácilmente en líquidos, por lo que suelen administrarte por vía intravenosa en un entorno clínico.
Estas son solo algunas de las investigaciones sobre biología y biotecnología que se están desarrollando en la Tierra y el espacio
Ante esta situación, expertos del Casis Pcg 20 están realizando investigaciones para conseguir cristalizar un anticuerpo monoclonal, el pembrolizumab, que los laboratorios de investigación de Merck han desarrollado para el tratamiento de diferentes tipos de cáncer. Los científicos analizan estos cristales (keytruda) para saber más sobre su estructura y comportamiento, con el objetivo de crear una fórmula que pueda administrarse en centros de salud o incluso en casa.
Por otro lado, los científicos han observado que los vuelos espaciales a veces aumentan la virulencia de microbios potencialmente dañinos y reducen la respuesta inmune humana. Este hecho se traduce en que aumenta el riesgo de sufrir determinadas enfermedades infecciosas. En este sentido, Host-Patogen estudia los cambios en nuestro organismo mediante el cultivo de células de los astronautas antes, durante y después de los vuelos espaciales, analizando tanto las bacterias consideradas normales, como las que han crecido con las condiciones producidas por los vuelos espaciales.
Los hallazgos ayudarían a determinar el potencial riesgo de infecciones microbianas, crucial para desarrollar medidas de prevención de estos riesgos. Asimismo, los resultados no solo serían útiles en el espacio, sino que los terrícolas inmunodeprimidos podrían beneficiarse de estos descubrimientos.
Estas son solo algunas de las investigaciones sobre biología y biotecnología que se están desarrollando en la Tierra y el espacio. Los avances en estas áreas, ayudarán a los astronautas a tener estancias saludables en el espacio y desarrollar tecnologías de vanguardia para el planeta Tierra y futuras expediciones a la Luna y Marte a través del programa Artemis de la NASA.