La anemia se diagnostica de forma adecuada mediante la realización de un análisis de sangre centrado en la medición de la hemoglobina presente en la sangre. Pero, simplemente con un rápido vistazo al interior de nuestros párpados, podemos determinar si una persona puede estar sufriendo anemia.
Partiendo de esta base un equipo de científicos de la Universidad de Purdue han desarrollado una tecnología que permite al médico utilizar imágenes del párpado interno tomadas con unsmartphone para obtener automáticamente resultados sorprendentemente precisos de los niveles de hemoglobina en sangre. Se espera que esta capacidad se integre pronto en una aplicación de análisis de imágenes.
A diferencia de los análisis de sangre, las aplicaciones para smartphones son increíblemente fáciles de implementar y utilizar incluso en algunas de las áreas más remotas y con menos recursos del mundo. Incluso en los países en los que las pruebas de sangre son accesibles, este tipo de funcionalidad tecnológica puede ser de gran utilidad en múltiples casos.
“Esta tecnología no reemplazará un análisis de sangre convencional, pero proporciona un recuento de hemoglobina comparable, de forma inmediata y no invasivo”, explica Young Kim, profesor asociado de ingeniería biomédica en Purdue y autor principal del estudio.
“Esta tecnología no reemplazará un análisis de sangre convencional, pero proporciona un recuento de hemoglobina comparable, de forma inmediata y no invasivo”
“Dependiendo del entorno del hospital, puede llevar algunas horas obtener los resultados de una analítica y algunas situaciones pueden requerir varios análisis de sangre lo que conduce a una mayor pérdida de esta”.
Esta nueva técnica está basada en la espectroscopia de súper resolución para convertir fotografías de smartphone en mapas espectrales de alta resolución. Después, un algoritmo adicional lee estas señales espectrales y las traduce en un recuento de la hemoglobina en base a los datos de docenas de pacientes que se presentaron voluntarios para su prueba en un hospital de Kenia.
La idea pasa por obtener un espectro de colores utilizando una fotografía simple. Incluso si tuviéramos varias fotografías con un enrojecimiento muy similar y resulta complicado observar de forma clara las diferencias, el espectro nos ofrece múltiples datos lo que incrementa la posibilidad de encontrar información significativa relacionada con los niveles de hemoglobina.