Durante las primeras horas de vida de un bebé y durante su estancia en el hospital, están pautadas una serie de pruebas que se le deben realizar con el fin de controlar su estado de salud. Una de ellas es la prueba de oído para valorar su capacidad auditiva, ya que los recién nacidos no pueden decirnos si escuchan algo o no.
En los países de ingresos altos se suele hacer esta prueba de forma gratuita o tienen capacidad monetaria para permitírselo. Pero, en otros el costo del equipo necesario dificulta la detección temprana de la audición, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, que son los más afectados por la pérdida auditiva.
Por eso, investigadores de Washington han desarrollado una prueba de audición de bajo coste para recién nacidos. La prueba original se basa en crear un ruido dentro del cana auditivo y luego escuchar las vibraciones creadas por las células ciliadas especializadas en su interior.
El dispositivo puede tener un costo material aproximado de 9,63 euros (10 dólares)
Muy diferente es el nuevo sistema. A través de unos auriculares baratos, que están conectados a un pequeño micrófono comercial y al teléfono móvil, se pueden escuchar dos tonos puros mediante cada uno de los cascos. Asimismo, detecta algorítmicamente las emisiones otacústicas (OAE), producto de distorsión generado por la cóclea y registrado por el micrófono. Después, una aplicación del teléfono analiza los sonidos y brinda orientación para asistir a un especialista si surgen resultados anormales.
Es decir, este proyecto tiene como objetivo aprovechar la cercanía que tenemos toda la población con los smartphones para hacer la prueba de audición a cualquier niño en cualquier parte del mundo y así conseguir que sea mucho más asequible para todos.
La realidad, es que en la actualidad, más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación (432 millones de adultos y 34 millones de niños). Es más, se calcula que en 2050 esa cifra superará los 700 millones si no ponemos soluciones e invertimos en prevención en todos los países del mundo.
El principal investigador de este aparato, Shyam Gollakota, declaró que la iniciativa de este proyecto surgió por vivencias durante su infancia. “Hay una gran cantidad de inequidad en salud en el mundo. Crecí en un país donde no había pruebas de audición disponibles, en parte porque el dispositivo de prueba en sí es bastante caro”.
“Como se puede imaginar, estos sonidos que salen del oído son muy suaves y, a veces, es difícil escucharlos con el ruido ambiental o si el paciente mueve la cabeza”, dijo Justin Chan, otro investigador involucrado en el estudio. “Diseñamos algoritmos en el teléfono que nos ayudan a detectar la señal incluso con todo ese ruido de fondo. Estos algoritmos pueden ejecutarse en tiempo real en cualquier teléfono inteligente y no requieren los últimos modelos de teléfonos inteligentes”, añade.
El dispositivo, con un costo material aproximado de 9,63 euros (10 dólares), fue puesto a prueba en un estudio clínico que involucró a 201 oídos pediátricos en tres sitios de atención médica. De esta forma, el dispositivo detectó pérdida auditiva con una sensibilidad del 100% y una especificad del 88,9%, comparable al rendimiento del dispositivo tradicional.