Actualmente, los hospitales utilizan sensores basados en el peso o cámaras instaladas en la habitación para monitorizar a los pacientes en busca de úlceras de decúbito, aunque ambos tienen limitaciones.
Ahora, pequeños sensores de cama inteligentes integrados en los colchones de los hospitales podrían poner fin a las dolorosas y potencialmente mortales úlceras por presión, gracias a una nueva tecnología.
Científicos de la Universidad de Australia del Sur (Adelaida, Australia) han diseñado sensores diminutos de fibra óptica, que se pueden adjuntar a la superficie superior de un colchón para monitorizar el movimiento y registrar la frecuencia cardíaca y respiratoria. Los sensores discretos pueden detectar cuando un paciente del hospital se da la vuelta, se levanta de la cama o simplemente permanece inmóvil, recuperando su respiración. Por lo tanto, las enfermeras pueden ser alertadas de forma remota si un paciente no se ha movido durante un par de horas, indicándoles que deben ajustar la posición del paciente.
A diferencia de los sensores que muchas personas usan en sus muñecas para monitorizar la actividad física y los signos fisiológicos, los sensores de fibra óptica están integrados en el mismo espacio que una persona, pero no en ella físicamente. Los sensores de fibra óptica son lo suficientemente sensibles como para registrar la frecuencia cardíaca y respiratoria y pueden detectar si una persona está en la cama, incluso si permanece inmóvil durante períodos prolongados. Según los científicos, la tecnología podría aliviar significativamente la carga del personal del hospital que tiene que monitorizar constantemente a los pacientes en busca de úlceras por presión.
Las enfermeras pueden ser alertadas de forma remota si un paciente no se ha movido durante un par de horas, indicándoles que deben ajustar la posición del paciente
“Los sensores hospitalarios basados en el peso existentes no pueden predecir cuándo un paciente se levanta de la cama hasta que sus pies tocan el suelo, lo que deja poco tiempo para que el personal de enfermería responda en caso de una caída. Además, existen problemas de privacidad con la tecnología basada en cámaras”, dijo el investigador principal, el Dr. Stephen Warren-Smith. “La frecuencia respiratoria es a menudo la primera señal de que un paciente se está deteriorando. Esto normalmente requiere que los dispositivos se conecten al paciente, ya sea en el pecho, como una máscara en la cara o un ventilador. Estos pueden ser restrictivos y, a veces, inapropiados en un entorno de cuidado de personas mayores”.
“La monitorización de los signos vitales de forma continua, discreta y económica a través de los sensores integrados en el colchón es una solución mucho mejor tanto para el paciente como para la enfermera”, añadió el Dr. Warren-Smith.