Investigadores pertenecientes a la Universidad de California en San Diego (UCSD), han desarrollado un reducido sensor emergente que puede medir las señales electrónicas que se propagan dentro de las células cardíacas.
La tecnología utilizada en este proyecto se basa en pequeñas protuberancias con forma de púa que pueden penetrar las membranas celulares sin producir ningún daño y además detectar esas señales eléctricas. Este nuevo dispositivo proporcionará nuevos conocimientos sobre las enfermedades cardíacas, incluyendo el infarto de miocardio y las arritmias.
“Estudiar cómo se propaga una señal eléctrica entre diferentes células es importante para comprender el mecanismo de la función celular y la enfermedad"
El estudio de enfermedades cardíacas era una tarea difícil y que podría causar daños, pero con esta nueva técnica que trata de ser lo menos invasiva posible, consigue unos beneficios muy claros ante las anteriormente utilizadas.
Yue Gu, uno de los científicos que dirigió el desarrollo del nuevo sensor: “Estudiar cómo se propaga una señal eléctrica entre diferentes células es importante para comprender el mecanismo de la función celular y la enfermedad. Las irregularidades en esta señal pueden ser un signo de arritmia, por ejemplo. Si la señal no puede propagarse correctamente de una parte del corazón a otra, entonces alguna parte del corazón no puede recibir la señal, por lo que no puede contraerse”.
Los investigadores realizaron una unión entre los transistores en una hoja de elastómetro preestirada, y en el momento en el que la liberaron la tensión, los transistores formaron una estructura 3D, “empieza como una estructura 2D, y con la fuerza de compresión aparece en algunas partes y se convierte en una estructura 3D”, comentaba Yue Gu.
Hasta el momento, el equipo de la UCSD ha probado esta nueva tecnología en cultivos de células cardíacas en el laboratorio, consiguiendo resultados que les ayudan a conocer más sobre la velocidad a la que las señales se propagan a través de células individuales y grupos de células. A pesar de ello, todavía no han explotado el potencial de la investigación de enfermedades neurológicas.