Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) pueden tener, en ocasiones, comportamientos difíciles de controlar por sus familiares o cuidadores.
Sin embargo, estos comportamientos pueden prevenirse a través de medidas psicofisiológicas de la excitación, como la actividad electrodérmica.
Tanto es así que, a través de un monitor de muñeca, investigadores de la Universidad de Missouri han podido identificar niveles elevados de actividad electrodérmica como un indicador de conductas de empeoramiento en niños con autismo.
Estos comportamientos pueden prevenirse a través de medidas psicofisiológicas de la excitación, como la actividad electrodérmica
Para comprobarlo, se llevó a cabo un estudio en el que participaron ocho niños con TEA grave que usaron el dispositivo en sus muñecas o tobillos. Fueron monitoreados y sus comportamientos fueron analizados y clasificados dependiendo de la gravedad.
Así, se descubrió que el aumento de la actividad electrodérmica de los niños, el cual es indicativo del aumento de los niveles de sudor, estaba presente el 60% del tiempo antes de un mal comportamiento.
Bradley Ferguson, investigador principal del estudio, ha señalado que ''un aumento en la actividad electrodérmica nos dice que el cuerpo del individuo está reaccionando fisiológicamente a algo estresante, que podría ser su estado interno, algo en el ambiente o una combinación de ambos'' y ha añdido que ''si se notifica a los padres o cuidadores con anticipación que los niveles de estrés de sus hijos están aumentando, podrían tener la oportunidad de intervenir y reducir la situación antes de que ocurran conductas problemáticas''.