ROC Clinic, clínica médico-quirúrgica de Urología avanzada referente en España y liderada por el doctor Javier Romero Otero, jefe del Servicio de Urología de los hospitales HM de Madrid, ha llevado a cabo con éxito un reto quirúrgico a través de su Unidad de Litiasis. En concreto, el equipo formado por Fernando Cabrera Meirás, director de la Unidad, junto con los doctores Daniel Pérez Fentes y Gemma Duque Ruiz, ha logrado extraer los cálculos en el riñón de una paciente ya tratada sin éxito en otros servicios de Urología del país mediante un abordaje combinado -desde el exterior por la uretra y también mediante la realización de unos pequeños orificios en el costado- y el empleo de instrumental miniaturizado, que ha permitido disminuir la agresión terapéutica y favorecer así una rápida recuperación.
La paciente, de 30 años de edad, presentaba litiasis -conocida comúnmente como piedras en el riñón- y acudió a la Unidad especializada en esta patología de ROC Clinic, por sucesivos episodios de dolor lumbar izquierdo asociados a orina con mal olor y episodios de infección urinaria de repetición. Tras visitar otros centros, fue remitida a ROC Clinic por su alta especialización y dotación tecnológica, así como por la capacitación técnica de los profesionales de su Unidad de Litiasis. De hecho, entre ellos figura Daniel Pérez Fentes, experto internacional en el tratamiento endourológico de la litiasis urinaria y cáncer de próstata, que en mayo de este año protagonizó la portada del British Journal of Urology con una complicada intervención sobre litiasis en un riñón en herradura.
El equipo quirúrgico estudió el caso para buscar la solución quirúrgica que permitiese la mayor limpieza del riñón en una única cirugía, y con la que la paciente pudiese recuperar cuanto antes su actividad habitual con el menor impacto en su calidad de vida. “Este tipo de intervenciones son un verdadero reto, ya que se trabaja en un abordaje combinado tanto retrógrado (por vía natural desde el exterior por la uretra a la vejiga-uréter y riñón) como percutáneo, generando trayectos desde el exterior en el lateral del paciente hacia el interior del riñón con el objetivo de fragmentar y evacuar, por esta vía, fragmentos litiásicos de mayor calibre”, explica Cabrera Meirás.
En la operación ha participado Daniel Pérez Fentes, experto de reconocido prestigio internacional en el tratamiento de la litiasis urinaria y cáncer de próstata y parte del equipo de ROC Clinic
Estas cirugías se realizan habitualmente en posición en supino, es decir, con el paciente boca-arriba, lo que permite, por un lado, el abordaje combinado y facilita la ventilación y el trabajo del equipo de anestesia; y, por otro, hace posible trabajar con uno o varios orificios pequeños en el lateral del paciente. La importante dotación tecnológica de la que dispone ROC Clinic permitió en este caso que la paciente se beneficiara de una entrada al riñón con instrumental miniaturizado que, disminuyendo la agresión terapéutica, favoreciese una más rápida recuperación.
Tal y como detalla Duque Ruiz “en este caso, dada la alta complejidad, decidimos realizar tres orificios que, cuidadosamente seleccionados por el equipo médico, se planificaron intraoperatoriamente de forma segura bajo control ecográfico y de rayos X, permitiendo entrar directamente al riñón con cámaras miniaturizadas y realizar la fragmentación de las piedras. Finalmente, la posición de los orificios permite el drenaje y la fácil evacuación de los fragmentos generados de forma segura”. Además, el empleo de un láser de alta potencia permitió la práctica resolución del complejo caso de la paciente.
OPERACIÓN EN TRES FASES
La operación fue realizada en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur en tres fases: en la primera de ellas, desde el exterior por la uretra hacia la vejiga y el uréter hasta alcanzar el riñón con un ureteroscopio flexible digital, se inspeccionaron las cavidades renales y se seleccionaron de forma cuidadosa los cálices para el abordaje percutáneo.
En una segunda fase y bajo control ecográfico-radiológico y endoscópico, los cálices seleccionados fueron puncionados para ejecutar las tres entradas percutáneas miniaturizadas. Una vez generados estos trayectos con ayuda de un mini-nefroscopio y con el láser de holmio como energía de fragmentación, se inició el tratamiento de las piedras y evacuación de las mismas por los accesos percutáneos.
En una última fase, también desde la uretra, pasando por el uréter hasta el riñón, se limpiaron los cálices de restos y se dejó un catéter ureteral de drenaje. La paciente fue dada de alta al tercer día postoperatorio sin complicaciones