La impresión 3D también ha supuesto una revolución en el ámbito farmacéutico y ha dado un paso adelante en la producción de nuevos fármacos. Así lo han demostrado los investigadores de la Universidad de Texas A&M gracias a un proyecto innovador dirigido a pacientes de pediatría y geriatría. Este nuevo hito está basado en el uso de la impresión 3D para la creación de medicamentos personalizados para estos pacientes.
El proyecto es una iniciativa pionera que estará subvencionada con aproximadamente 3 millones de dólares de los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés). En esta investigación participarán los expertos de la Facultad de Ingeniería, la Facultad de Farmacia y la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias Biomédicas.
El objetivo de esta investigación es adaptar los fármacos a las necesidades de los pacientes pediátricos -desde bebés hasta niños de 17 años- y de los ancianos. El equipo del Dr. Mathew A. Kuttolamadom, co-investigador principal y profesor asociado del Departamento de Tecnología de Ingeniería y Distribución Industrial, trabajará en la fabricación de estos medicamentos y personalizará los tratamientos tanto en su dosis como en el tamaño de la tableta.
“La fabricación aditiva de productos farmacéuticos presenta un proceso relativamente nuevo que difiere significativamente de la fabricación aditiva de metales o cerámica”
Este trabajo basado en impresión 3D no solo se investigará el uso de la fabricación aditiva, el equipo también trabajará en favor de la integridad y la eficacia de los fármacos para conseguir tratamientos adecuados que cumplan con todas las medidas de seguridad farmacológica para su administración.
“La fabricación aditiva de productos farmacéuticos presenta un proceso relativamente nuevo que difiere significativamente de la fabricación aditiva de metales o cerámica”, explica Kuttolamadom.
En la fabricación tradicional de medicamentos se producen tratamientos en masa con una dosis y un tamaño estandarizado, sin fórmulas adaptadas al paciente. Sin embargo, los pacientes de pediatría y geriatría necesitan, en ocasiones, necesitan una mayor flexibilidad en el tratamiento para una correcta efectividad de los medicamentos.
“Nuestro principal desafío radica en comprender este proceso novedoso y desentrañar los aspectos únicos específicos de los productos farmacéuticos. Superar estos desafíos es esencial a medida que nos esforzamos por avanzar en el campo y garantizar que la eficacia del fármaco permanezca intacta durante y más allá del proceso de fabricación”, afirma el co-investigador y profesor.
En concreto, los fármacos fabricados para el tratamiento de enfermedades oncológicas en las consultas de pediatría son muy poco flexibles. El objetivo de estos medicamentos diseñados con tecnología 3D es adaptar los tratamientos a las dosis y tamaños que el paciente necesite, además de combinar múltiples medicamentos en una única tableta.