Con el tiempo, las células cancerosas pueden evolucionar, haciéndose resistentes a los tratamientos y extendiéndose a otras partes del cuerpo. Esta evolución y los rasgos que adquieren, van acompañados de una mayor mortalidad, razón por la cual los investigadores se han centrado en entender cómo evoluciona el cáncer hacia estas características para tratar de prevenirlas. Y es que cuando se manifiestan en el paciente, en muchas ocasiones la enfermedad lleva décadas de evolución y ya es tarde.
En este contexto, el profesor Jonathan Weissman, del MIT, y sus compañeros han desarrollado un nuevo método para rastrear las células cancerosas a lo largo de varias generaciones y así seguir su historia evolutiva. Este enfoque de rastreo del linaje utiliza la tecnología CRISPR para incluir un “código de barras evolutivo de ADN” que se modifica ligeramente cada vez que la célula se divide.
De este modo, los científicos pueden comparar los códigos de barra de las células para así reconstruir una suerte de árbol genealógico de cada célula. Gracias a esto, los investigadores pueden analizar su evolución y el desarrollo de mutaciones.
Weissman y sus compañeros ya han utilizado este enfoque de rastreo de linaje para estudiar cómo se expande el cáncer metastásico en el cuerpo. En su último trabajo, que se publica en la revista Cell, los investigadores han rastreado las células de cáncer de pulmón desde la primera activación de las mutaciones causantes de la enfermedad. Este árbol genealógico detallado de la enfermedad revela nuevos conocimientos sobre cómo el cáncer de pulmón se desarrolla y provoca metástasis.
"La fuerza de este enfoque es que nos permite estudiar la evolución de los cánceres con gran detalle"
“Es una nueva y avanzada forma de ver la evolución del cáncer. Antes, los eventos críticos que transforman el tumor en potencialmente mortal, no han sido claros, porque el rastro de cómo ha ocurrido se pierde”, ha explicado Weissman.
Al hilo, Nir Yosef, profesor asociado de la Universidad de Berkeley, en California, explica que “las relaciones entre las células en un tumor son clave para dar sentido a sus perfiles de expresión génica y obtener información sobre la aparición de estados agresivos”.
Y es que para desarrollar mejores terapias, es fundamental entender cómo se desarrollan y adaptan los tumores. Es por ello que los investigadores esperan que en el futuro se pueda observar el estado de las células cancerosas en el momento diagnóstico para predecir cómo evolucionará ese cáncer, cuáles son los riesgos y cuál es el mejor tratamiento para cada paciente”.
"La fuerza de este enfoque es que nos permite estudiar la evolución de los cánceres con gran detalle", insiste el coautor principal Matthew Jones, estudiante graduado en los laboratorios Weissman y Yosef. “Cada vez que hay un cambio de análisis masivo a unicelular en una tecnología o enfoque, se amplía drásticamente el alcance de los conocimientos biológicos que podemos obtener, y creo que estamos viendo algo así aquí”, concluye.