Son muchas las personas que sostienen que uno de los deportes más fieros y atractivos de Estados Unidos es el fútbol americano, una práctica en la que la velocidad de los impactos entre jugadores oscila entre los 27 y los 40 kilómetros por hora. En este sentido, la National Football League (NFL) registró unas 900 conmociones cerebrales entre 1996 y 2001, lo equivalente a la plantilla de 17 equipos. Y es que, pese a la mejora progresiva de las protecciones, los cifras no dejan de incrementarse. Tanto es así que, según los últimos datos notificados en 2015, se produjeron un total de 271 conmociones, situándose en el máximo histórico de la competición.
Los profesionales médicos definen una conmoción cerebral como aquella lesión que se produce por el desplazamiento de este órgano dentro del cráneo a consecuencia de la violencia de un golpe. El impacto con la pared craneal puede inflamar el cerebro, causar hematomas y producir daños en vasos sanguíneos y nervios. Con excesiva frecuencia, los afectados por una conmoción prosiguen con sus quehaceres cotidianos sin acudir a un centro sanitario, lo que puede desencadenar efectos muchos más severos.
La National Football League de Estados Unidos registró unas 900 conmociones cerebrales entre 1996 y 2001, lo equivalente a la plantilla de 17 equipos
Ante esta problemática, la detección precoz juega un papel transcendental en la salud de los damnificados. Conscientes de ello, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington (Estados Unidos) se ha servido de los últimos avances en tecnología móvil y ha desarrollado PupilScreen, una aplicación para smartphone que permite rastrear las alteraciones en las pupilas y, así, identificar si alguien sufre una conmoción cerebral.
ANÁLISIS DE 4.000 IMÁGENES DE PACIENTES
Para ser precisos esta app calcula el reflejo pupilar, es decir, los cambios de forma que registra la pupila ante los golpes de luz en el ojo. Una vez que la persona que ha sufrido el choque centra su mirada en la cámara del smartphone, el mecanismo activa el flash del móvil y, acto seguido, registra el rostro de la persona. Los algoritmos de aprendijaze profundo creados por los científicos del centro académico superior procesan el video capturado y analizan el aumento de tamaño de la pupila después de la acción del flash.
A día de hoy, los investigadores incrustan el teléfono inteligente en una pequeña caja, lo que les permite bloquear la luz circundante y mejorar la precisión de PupilScreen. No obstante, el equipo cree será posible aplacar esta necesidad y ya están trabajando para que el dispositivo pueda funcionar de un modo óptimo con iluminación ambiental.
La persona centra su mirada en la cámara del smartphone, el mecanismo activa el flash del móvil y, acto seguido, se registra el rostro del paciente
El algoritmo creado por la Universidad de Washington se fundamenta, junto al aprendizaje profundo, en un trabajo exhaustivo y pormenorizado de los científicos. En concreto, el grupo de investigación comparó cerca de 4.000 imágenes de personas que habían sufrido un impacto, registrándolas de modo que la aplicación pueda comprender las características físicas de los pacientes.
Las pruebas iniciales de PupilScreen demostraron ser capaces de detectar una lesión cerebral traumática significativa. Sin embargo, los docentes están preparando un estudio más amplio que involucre a médicos, entrenadores y jugadores de fútbol americano, con el que se buscará examinar las habilidades reales de esta app.