El propósito primordial de un punto quirúrgico consiste en facilitar la cicatrización de una herida -o escisión- en tejidos del cuerpo humano, manteniendo unidas dos partes que, a corto plazo, no pueden cerrarse por sí mismas. Pero, ¿y si dichos puntos pudieran tener funciones que fueran más allá de la esencial?
Esa es la cuestión que recientemente se planteó un grupo de investigadores de la Universidad de Tufts (Estados Unidos), quienes han desarrollado una nueva sutura inteligente, capaz de transmitir todo tipo de datos sobre el estado de salud del paciente. Un proyecto cuyos resultados han sido recogidos este mes por Nature, concretamente en su revista Microsystems & Nanoengineering.
¿CUÁNDO SE RETIRAN LOS PUNTOS?
Aunque en los últimos años se han hecho grandes avances en los materiales empleados y en la aplicación de los puntos de sutura, estos siguen resultando bastante incómodos para los pacientes, ya que a veces presentan complicaciones y, además, necesitan un total seguimiento, sobre todo en el caso de heridas externas en la piel.
Un problema que desaparecería con el nuevo ingenio de la Universidad de Tufts, ya que el hilo de sutura sería capaz de especificar el instante propicio para quitar dichos puntos, debido a que, gracias a su composición especial con nanosensores y microfluidos, compila datos sobre la evolución de la herida. Esta sería la principal ventaja que podemos destacar, pero el avance plantea muchas otras aplicaciones.
En cuanto a los datos que se recopilan, se hallan, entre otros muchos, la temperatura del tejido, la tensión de la zona suturada, los niveles de glucosa o incluso el PH. Este último dato es un fiel indicador de cómo se está curando la herida, ya que si la acidez en la zona cosida resulta ser bastante elevada, significa que estamos ante una posible infección bacteriana.
Unos datos que, de manera inalámbrica, se envían directamente a dispositivos tales como teléfonos móviles u ordenadores, para que así los médicos puedan hacer un correcto seguimiento en tiempo real y en cualquier instante de la evolución del paciente.
NANOSENSORES Y MICROFLUIDOS
Para que no se quiebre durante la costura, todo material de sutura ha de ser resistente y por supuesto hipoalergénico, con el objetivo de impedir reacciones adversas en el cuerpo del paciente. Asimismo, para que pueda ser atado con facilidad, el hilo debe ser flexible y también fino, llegando en algunos casos a diámetros que se hallan por debajo del medio milímetro.
Con todo esto en mente, el equipo liderado por el investigador Pooria Mostafalu se percató de que, debido a su forma y propiedades, las suturas podrían convertirse también en un sistema de diagnóstico, siempre y cuando se empleasen los materiales y tecnología propicios.
Pero para que los datos se transmitan al móvil o al ordenador, no basta únicamente con dicho cable. El circuito -por llamarlo de alguna manera- tiene que ir directamente unido a un pequeño parche, el cual, junto a la sutura, se adhiere al exterior de la piel del paciente. Ese parche contiene un microsensor, que recibe la información y la manda posteriormente a otro dispositivo, como muestra el dibujo facilitado por Nature.
VENDAS INTELIGENTES Y TELAS ESPECIALES
No obstante el invento se halla en una etapa muy temprana de su desarrollo y sólo ha podido ser testado en ratones. Pero los prometedores resultados apuntan a que estas nuevas suturas podrían emplearse también en órganos internos e incluso implantes ortopédicos, según manifiestan los desarrolladores.
Sonkusale también señala que, hasta ahora, esta clase de dispositivos implantables que recogen información del paciente eran en “dos dimensiones” -apósitos, por ejemplo-, y este nuevo avance es en “tres dimensiones”, por lo que podrá integrarse en tejidos que no sean únicamente planos.
Por otro lado, los investigadores indican que los materiales empleados en estos dispositivos suelen ser caros y requieren un procesamiento especializado. Algo que no será así con este innovador sistema de sutura, ya que, en palabras de Mostafalu, “el hilo es abundante, barato y flexible, y puede ser manipulado fácilmente en formas complejas". De este modo, los investigadores avanzan que la fabricación del nuevo nanodispositivo sería de bajo coste, algo fundamental para que pudiera penetrar con facilidad en la Medicina.
El equipo científico insiste en que todavía queda mucho por hacer y que han de llevar a cabo más estudios en diversos campos, sobre todo en áreas referidas a la investigación de la biocompatibilidad a largo plazo de los materiales empleados.
Esa es la cuestión que recientemente se planteó un grupo de investigadores de la Universidad de Tufts (Estados Unidos), quienes han desarrollado una nueva sutura inteligente, capaz de transmitir todo tipo de datos sobre el estado de salud del paciente. Un proyecto cuyos resultados han sido recogidos este mes por Nature, concretamente en su revista Microsystems & Nanoengineering.
¿CUÁNDO SE RETIRAN LOS PUNTOS?
Aunque en los últimos años se han hecho grandes avances en los materiales empleados y en la aplicación de los puntos de sutura, estos siguen resultando bastante incómodos para los pacientes, ya que a veces presentan complicaciones y, además, necesitan un total seguimiento, sobre todo en el caso de heridas externas en la piel.
El hilo de sutura sería capaz de especificar el instante propicio para quitar dichos puntos, gracias a su composición especial con nanosensores y microfluidos
La principal complicación estriba en decidir cuál es el momento correcto en que han de retirarse. El periodo suele situarse en torno a una semana, pero al no poderse determinar con exactitud ese tiempo concreto, hay ocasiones en los que se retiran antes de lo debido, provocando una mala cicatrización.Un problema que desaparecería con el nuevo ingenio de la Universidad de Tufts, ya que el hilo de sutura sería capaz de especificar el instante propicio para quitar dichos puntos, debido a que, gracias a su composición especial con nanosensores y microfluidos, compila datos sobre la evolución de la herida. Esta sería la principal ventaja que podemos destacar, pero el avance plantea muchas otras aplicaciones.
En cuanto a los datos que se recopilan, se hallan, entre otros muchos, la temperatura del tejido, la tensión de la zona suturada, los niveles de glucosa o incluso el PH. Este último dato es un fiel indicador de cómo se está curando la herida, ya que si la acidez en la zona cosida resulta ser bastante elevada, significa que estamos ante una posible infección bacteriana.
Unos datos que, de manera inalámbrica, se envían directamente a dispositivos tales como teléfonos móviles u ordenadores, para que así los médicos puedan hacer un correcto seguimiento en tiempo real y en cualquier instante de la evolución del paciente.
NANOSENSORES Y MICROFLUIDOS
Para que no se quiebre durante la costura, todo material de sutura ha de ser resistente y por supuesto hipoalergénico, con el objetivo de impedir reacciones adversas en el cuerpo del paciente. Asimismo, para que pueda ser atado con facilidad, el hilo debe ser flexible y también fino, llegando en algunos casos a diámetros que se hallan por debajo del medio milímetro.
Con todo esto en mente, el equipo liderado por el investigador Pooria Mostafalu se percató de que, debido a su forma y propiedades, las suturas podrían convertirse también en un sistema de diagnóstico, siempre y cuando se empleasen los materiales y tecnología propicios.
El circuito va unido a un pequeño parche, que junto a la sutura, se adhiere al exterior de la piel del paciente
Las suturas modernas emplean sustacias sintéticas como el nylon o el polipropileno, materiales de los que decidió prescindir el equipo investigador. En su lugar emplearon finos hilos de algodón tratados de forma especial, en los que introdujeron nanosensores y distintos microfluidos, hasta crear una suerte de cable, muy resistente, flexible y, evidentemente, totalmente inocuo para los tejidos humanos. Pero para que los datos se transmitan al móvil o al ordenador, no basta únicamente con dicho cable. El circuito -por llamarlo de alguna manera- tiene que ir directamente unido a un pequeño parche, el cual, junto a la sutura, se adhiere al exterior de la piel del paciente. Ese parche contiene un microsensor, que recibe la información y la manda posteriormente a otro dispositivo, como muestra el dibujo facilitado por Nature.
VENDAS INTELIGENTES Y TELAS ESPECIALES
No obstante el invento se halla en una etapa muy temprana de su desarrollo y sólo ha podido ser testado en ratones. Pero los prometedores resultados apuntan a que estas nuevas suturas podrían emplearse también en órganos internos e incluso implantes ortopédicos, según manifiestan los desarrolladores.
Los prometedores resultados apuntan a que estas nuevas suturas podrían emplearse también en órganos internos e incluso implantes ortopédicos
En este sentido, el director del Laboratorio Nanointerdisciplinario de la Universidad de Tufts, Sameer Sonkusale, explica que este sistema de compilación de datos podría ser utilizado no sólo en la costura de heridas, sino igualmente en “implantes quirúrgicos, vendas inteligentes para controlar cicatrizaciones o incluso integrarse en tela textil, para funcionar como monitores de salud personalizados".Sonkusale también señala que, hasta ahora, esta clase de dispositivos implantables que recogen información del paciente eran en “dos dimensiones” -apósitos, por ejemplo-, y este nuevo avance es en “tres dimensiones”, por lo que podrá integrarse en tejidos que no sean únicamente planos.
Por otro lado, los investigadores indican que los materiales empleados en estos dispositivos suelen ser caros y requieren un procesamiento especializado. Algo que no será así con este innovador sistema de sutura, ya que, en palabras de Mostafalu, “el hilo es abundante, barato y flexible, y puede ser manipulado fácilmente en formas complejas". De este modo, los investigadores avanzan que la fabricación del nuevo nanodispositivo sería de bajo coste, algo fundamental para que pudiera penetrar con facilidad en la Medicina.
El equipo científico insiste en que todavía queda mucho por hacer y que han de llevar a cabo más estudios en diversos campos, sobre todo en áreas referidas a la investigación de la biocompatibilidad a largo plazo de los materiales empleados.