Los cálculos renales son acumulaciones de sustancias cristalizadas como minerales y sales que forman una masa dura en los riñones. Estos se mueven hacia el tracto urinario y pueden provocar dolor, bloqueo en el sistema urinario y sangre en la orina.
Para detectarlos debe realizarse una prueba de orina, un procedimiento que requiere mucho tiempo, ya que el paciente debe recolectar su orina durante un periodo de 24 horas para luego enviarla a un laboratorio y obtener los resultados en 7-10 días aproximadamente.
Conscientes de esto, investigadores de Penn State y la Universidad de Stanford han desarrollado una prueba de orina para personas que padecen cálculos renales que obtiene los resultados en solo 30 minutos.
Los cálculos renales son acumulaciones de sustancias cristalizadas como minerales y sales que forman una masa dura en los riñones
¿Cómo? Según explican desde la Universidad de Penn State, la prueba utiliza superficies de muy baja fricción, creadas mediante el bloqueo de líquidos lubricantes en sustratos micro/nanoestructurados, inspirados en las plantas carnívoras que causan que los insectos se escapen.
''La prueba funciona al permitir que el reactivo y las gotas de orina se muevan fácilmente sobre la superficie resbaladiza del canal de adición de fluido del dispositivo de prueba y no se atasquen. La gota es impulsada por una diferencia de presión de Laplace, una pequeña fuerza de presión debida a la tensión superficial, inducida por la geometría del dispositivo. Esto permite que los reactivos se combinen con la orina a la velocidad de tiempo necesaria para la reacción'', señalan desde la Universidad de Penn State.
Los resultados de la prueba se pueden leer con un escáner o un teléfono, y la imagen escaneada se puede analizar con un algoritmo informático.