Investigadores del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, concretamente los grupos 'Ee01-Vigia Vigilancia de Salud y Epidemiología y Ee12-HYGIA: Cuidados y factores condicionantes en salud', han desarrollado dos árboles de decisión para la evaluación del riesgo de aparición de las úlceras por presión en pacientes inmovilizados.
Estos algoritmos consisten en herramientas visuales y simplificadas que complementan el conocimiento profesional y sirven para estandarizar la toma de decisiones rápidas en pacientes susceptibles de desarrollar este tipo de lesiones.
Las úlceras por presión son unas lesiones que se producen debido a la presión continua sobre la piel, los tejidos subyacentes o cortes y generalmente se localizan en prominencias óseas. Estas lesiones representan un importante problema de salud ya que tienen un impacto muy relevante en la mortalidad y morbilidad de los pacientes inmovilizados.
El aumento de la esperanza de vida de la población conlleva un aumento en la aparición de las úlceras por presión, siendo el mayor número de intervenciones que realiza el personal de enfermería, lo que conlleva una mayor carga de trabajo, que puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de problemas de salud graves.
Ha contado con la participación de más de 15.000 pacientes de 36 Unidades de Gestión Clínica, 55 centros sociosanitarios y 119 enfermeras
La toma de decisiones rápida y distribución de recursos es indispensable para prevenir la aparición de estas indeseables úlceras. Este estudio granadino realizado en el Distrito Sanitario de Atención Primaria Granada-Metropolitano y liderado por Eugenio Vera Salmerón, ha contado con la participación de más de 15.000 pacientes de 36 Unidades de Gestión Clínica, 55 centros sociosanitarios y 119 enfermeras.
Se han elaborado dos formas de realizar una evaluación del riesgo de úlceras por presión basadas en un enfoque de árbol de decisiones. La primera forma se basa en las características de actividad y movilidad de la escala de Braden, donde se destacó la actividad como primera característica a valorar.
La actividad se valora como la diferencia de actividad entre una persona que hace vida exclusivamente en cama (nula actividad), la que hace vida en cama y sillón o la que deambula en el domicilio con ayuda (poca actividad) o la que deambula con poca ayuda en el domicilio, pero no puede salir de este sin ayuda (actividad normal).
La segunda forma se basa en las características de actividad, movilidad y humedad en la piel, donde la actividad también sería la primera variable que considerar, la siguiente la humedad de la piel y, cuando es necesario, la movilidad es la última a tener en cuenta.
En definitiva, este estudio podría proporcionar al personal de enfermería herramientas que apoyen, con confianza, sus criterios profesionales basados en las características del paciente, como la actividad, la movilidad y la humedad de la piel, que pueden ser interpretadas por el ojo entrenado de un profesional.