Continúan los estudios para ofrecer respuestas al cáncer. Esta vez ha sido un grupo de investigadores de la Universidad de Colorado Boulder y la Universidad de Princeton que, gracias al uso por primera vez de una herramienta desarrollada para su uso en geología, han logrado identificar las huellas atómicas del cáncer.
Pero, ¿qué solución ofrece esta nueva técnica de identificación del cáncer? Gracias a la fusión entre la medicina y las ciencias terrestres, los investigadores han descubierto que las células cancerosas presentan una composición de átomos de hidrógeno distinta a la del tejido sano. Estos hallazgos podrían proporcionar nuevas estrategias para estudiar el crecimiento y la propagación del cáncer, e incluso podrían conducir a métodos novedosos para detectar la enfermedad en sus estadios tempranos.
"Este estudio añade una dimensión completamente nueva a la medicina, permitiéndonos examinar el cáncer a nivel atómico"
Estos resultados, que han sido posibles gracias al equipo liderado por la geoquímica Ashley Maloney de CU Boulder, se publicarán las próximas semanas en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de América. "Este estudio añade una dimensión completamente nueva a la medicina, permitiéndonos examinar el cáncer a nivel atómico", explica Maloney, investigadora asociada del Departamento de Ciencias Geológicas.
La investigadora explicó que, en la naturaleza, el hidrógeno existe en dos formas principales, o isótopos: el deuterio, ligeramente más pesado, y el hidrógeno normal, que se presenta en una forma más ligera.
Durante largos periodos de tiempo, científicos de diversas disciplinas han utilizado la distribución natural de estos átomos para obtener información sobre la historia de nuestro planeta. Por ejemplo, los científicos del clima analizan los átomos de hidrógeno atrapados en el hielo antártico para inferir las condiciones climáticas pasadas.
En esta investigación, el equipo científico se planteó si estos mismos átomos podrían proporcionar pistas sobre la vida de organismos biológicos complejos. Y para descubrirlo, cultivaron células de hígado de ratón y levadura en el laboratorio y luego analizaron sus átomos de hidrógeno. Descubrieron que las células que crecen rápidamente, como las cancerosas, tienen una proporción diferente de átomos de hidrógeno en comparación con los de deuterio. Según cuentan, es como si el cáncer dejara una huella digital en la escena de un crimen.
"Si esta señal isotópica es lo suficientemente fuerte como para poder detectarla mediante algo como un análisis de sangre, eso podría dar una pista importante de que algo anda mal"
"Las posibilidades de supervivencia son mucho mayores si se detecta el cáncer a tiempo", subraya Kopf. "Si esta señal isotópica es lo suficientemente fuerte como para poder detectarla mediante algo como un análisis de sangre, eso podría dar una pista importante de que algo anda mal", indica.
Aunque la investigación se encuentra en una etapa inicial, el equipo ve un gran potencial en estos hallazgos. Sebastian Kopf, coautor del estudio y profesor asistente de ciencias geológicas, afirmó que aún no están seguros de cómo esta señal podría manifestarse en pacientes con cáncer reales, pero el potencial es prometedor.
El estudio se centra en un concepto que ha intrigado a los investigadores del cáncer durante años: el metabolismo. Las células cancerosas a menudo utilizan estrategias metabólicas similares a las de las levaduras para crecer rápidamente. Los científicos han buscado durante mucho tiempo formas de rastrear estos cambios metabólicos en las células cancerosas. Maloney y su asesor Xinning Zhang desarrollaron la idea de rastrear el hidrógeno como una posible solución.
“Desafortunadamente, el cáncer y otras enfermedades son un tema muy importante en la vida de muchas personas”, afirma Zhang. “Esta investigación significa que una herramienta utilizada para rastrear la salud del planeta también podría aplicarse para rastrear la salud y las enfermedades con suerte, algún día, en los humanos”, concluye.