Determinados síntomas asociados a la enfermedad de Parkinson, como el temblor, la rigidez y la lentitud de movimientos, ya se puede tratar sin cirugía con el procedimiento Neuro-HIFU. "Se trata de una innovadora técnica no invasiva con la que podemos tratar a pacientes con trastornos del movimiento, como temblor esencial y párkinson. Consiste en disparar ultrasonidos a través del cráneo para incidir en las zonas del cerebro en las que se encuentran las neuronas que provocan los problemas motores", explica el neurocirujano y medical advisor de Ascires, el doctor Andrés Lozano, impulsor internacional de la técnica.
Ascires, uno de los centros pioneros en la implantación de Neuro-HIFU en España, ha empleado esta técnica para tratar a pacientes con temblor esencial y, más recientemente, la aplica también a personas que padecen párkinson. “Los temblores de esta enfermedad pueden ser muy invalidantes”, recuerda el doctor Lozano en el Día Mundial del Párkinson. Neuro-HIFU proporciona resultados inmediatos, como se muestra en el vídeo que acompaña esta nota. En él, se ofrece el testimonio de Harvey Bernard un paciente británico aquejado de párkinson que durante siete años sufrió temblores incapacitantes.
La aplicación clínica de la técnica se ve reforzada por investigaciones que demuestran el éxito en sus resultados. A esta evidencia científica ha contribuido el equipo de la Unidad de Párkinson y Trastornos del Movimiento de Ascires que, en colaboración con la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital La Fe de Valencia, ha desarrollado una investigación en la que evalúa de manera cuantitativa la mejora funcional y de calidad de vida que experimentan los pacientes con temblor esencial tras someterse a la técnica Neuro-HIFU.
Se trata de un estudio clínico con seguimiento y análisis a un grupo de pacientes tratados con ultrasonidos focales de alta intensidad (HIFU). El trabajo, publicado en la revista Stereotactic and Functional Neurosurgery, confirma el éxito de todos los tratamientos realizados, con notable mejora del temblor seis meses después del procedimiento y un porcentaje mínimo de efectos secundarios, considerados leves o transitorios.
La investigación también demuestra la optimización en tiempos y resultados de la técnica, gracias al know-how desarrollado por el equipo Ascires, integrado por neurocirujanos, neurorradiólogos, ingenieros biomédicos y técnicos de Diagnóstico por Imagen y Medicina Nuclear, entre otros. El estudio completo se puede consultar en este enlace.