Llamadas dispositivos de asistencia ventricular, las bombas mecánicas que se emplean para impulsar la sangre del ventrículo izquierdo a la arteria aorta en las personas con insuficiencia cardíaca puede tener los días contados. Y es que, a través de una colaboración, un equipo de investigadores del Hospital Infantil de Boston y la Universidad de Harvard (ambos en EE UU) ha creado un robot de constitución blanda capaz de ayudar a que el corazón palpite; se calcula que en todo el mundo hay más de 41 millones de personas con este problema.
El dispositivo ha recibido el nombre de Octobot. Presenta como principal ventaja respecto a las bombas mecánicas citadas anteriormente que no entra en contacto directo con la sangre, por lo que se minimiza el riesgo de coagulación, al tiempo que elimina la necesidad de suministrar al paciente fármacos peligrosos.
ACTUADORES NEUMÁTICOS
Para su confección, los investigadores se han inspirado en el propio corazón humano. Se trata de un compuesto blando y personalizable, cubierto por una fina capa de silicona que usa actuadores neumáticos que se disponen alrededor del órgano, imitando esas capas externas de músculo que poseen los personas. Dichos actuadores se retuercen y comprimen mediante aire, y de esta forma simulan el movimiento que realiza el corazón con cada latido.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
El dispositivo ha recibido el nombre de Octobot. Presenta como principal ventaja respecto a las bombas mecánicas citadas anteriormente que no entra en contacto directo con la sangre, por lo que se minimiza el riesgo de coagulación, al tiempo que elimina la necesidad de suministrar al paciente fármacos peligrosos.
ACTUADORES NEUMÁTICOS
Quizá muy pronto comience a utilizarse con pacientes trasplantados o en terapia cardíaca
La universidad norteamericana ya ha presentado una solicitud de patente de su diseño y ahora mismo se halla trabajando para detectar oportunidades de comercialización. Quizá muy pronto este ‘pulpo robótico' comience a utilizarse con pacientes trasplantados o en terapia cardíaca. “Nuestra investigación demuestra que la robótica blanda se puede aplicar a las necesidades clínicas”, ha declarado Ellen T. Roche, que a su vez ha añadido, “tiene potencial para reducir la carga de las enfermedades del corazón y mejorar la calidad de vida de los pacientes”.Para su confección, los investigadores se han inspirado en el propio corazón humano. Se trata de un compuesto blando y personalizable, cubierto por una fina capa de silicona que usa actuadores neumáticos que se disponen alrededor del órgano, imitando esas capas externas de músculo que poseen los personas. Dichos actuadores se retuercen y comprimen mediante aire, y de esta forma simulan el movimiento que realiza el corazón con cada latido.
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es