De forma habitual, los investigadores estudian la función cerebral mediante la monitorización de dos tipos de electromagnetismo: campos eléctricos y luz. No obstante, la mayoría de los métodos para medir este tipo de fenómenos son muy invasivos.
Conscientes de esta problemática, un equipo de expertos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) ha ideado una nueva técnica para detectar la actividad eléctrica o las señales ópticas en el cerebro utilizando un sensor mínimamente invasivo para imágenes de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés magnetic resonance imaging).
"La resonancia magnética ofrece la posibilidad de analizar parámetros desde el exterior del organismo de una manera mínimamente invasiva"
Las MRI se utilizan, a menudo, para cuantificar los cambios en el flujo sanguíneo que representan indirectamente la actividad cerebral. Sin embargo, este grupo de investigación del centro académico de Estados Unidos ha decidido dar un paso más y ha ideado un nuevo sensor para imágenes de resonancia magnética que puede detectar pequeñas corrientes eléctricas, así como la luz producida por las proteínas luminiscentes.
"La resonancia magnética ofrece la posibilidad de analizar parámetros desde el exterior del organismo de una manera mínimamente invasiva", señala Aviad Hai, postdoctorado del MIT y autor principal del estudio, quien agrega que este sensor "no requiere una conexión por cable en el cerebro".
Tal es la importancia del sensor que podría facilitar a los neurocientíficos una manera significativamente precisa de identificar la actividad eléctrica en el cerebro. Los científicos, que han publicado la investigación en la revista Nature Biomedical Engineering, aseguran también que este mecanismo se podría adaptar para medir químicos como la glucosa.
Así mismo, una de las principales ventajas de este sensor es que no necesita llevar ningún tipo de fuente de alimentación, ya que las señales de radio que emite el escáner de resonancia magnética externa son suficientes para alimentar al sistema.