El doctor Antonio Silvestre, investigador del Instituto de Investigación Sanitaria de Valencia (Incliva) en el Grupo de histopatología e ingeniería tisular, de la Universidad de Valencia y jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Clínico ha colaborado con investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia en el diseño de un nuevo implante intramedular que, “combinando diferentes piezas, es apto para su utilización como componente endomedular de una prótesis de cadera, rodilla, codo y hombro. Puede utilizarse también como implante endomedular para un clavo en reconstrucción de fracturas o en vástagos para prótesis externa (tras amputaciones)”, apuntan desde el Instituto.
El implante, patentado por el Incliva, la Universidad de Valencia y la Universidad Politécnica de Valencia, destaca por su novedoso diseño, “compuesto por varios módulos expansibles, fabricados con polímeros que se insertan con holgura en el hueso, lo que facilita tanto su implantación como extracción. Además, gracias a su geometría, puede personalizarse o adaptarse a las necesidades de cada paciente”, señalan desde el centro valenciano.
La mayoría de implantes actuales se componen de una única pieza que se inserta en el canal medular por percusión (press-fit o encaje a presión). Se trata, por tanto, de un proceso traumático que, en algunas ocasiones, produce el estallido del hueso. Además, la rigidez de estos implantes provoca la pérdida de tejido óseo (osteoporosis por desuso) y cuando es necesario retirar un implante osteointegrado, en más del 50% de los casos hay que recurrir a una fractura controlada (osteotomía ampliada).
“El sistema que hemos ideado reduce los principales inconvenientes de los implantes actuales: se inserta con holgura en el hueso, se pretensa expandiéndose y queda fijado por rozamiento, lo que permite controlar las tensiones en el hueso, lo que es especialmente importante cuando el hueso es de baja calidad”. Posteriormente, se produce la osteointegración del implante al hueso quedando fijado a largo plazo. Además, al estar fabricado con polímeros se facilita la retirada del implante reduciendo los riesgos de fractura ósea, destaca José Albelda, del Centro de Investigación en Ingeniería Mecánica (CIMM) de la Universidad Politécnica de Valencia.
Respecto a su implantación, los investigadores inciden en que puede mejorar la seguridad y facilitar la intervención quirúrgica: “Con la técnica desarrollada, estos procesos son menos traumáticos, aportan al cirujano mayor control sobre la operación, con lo que esperamos influir de forma positiva en la recuperación del paciente”, añade el cirujano, Antonio Silvestre.
"Con la técnica desarrollada, estos procesos son menos traumáticos y aportan al cirujano mayor control sobre la operación"
Otro de los aspectos fundamentales del implante es su rigidez, similar a la del hueso cortical. De esta forma “se obtienen distribuciones y niveles de tensiones en el hueso implantado más parecidas a las del hueso sin implante, con lo que cabe esperar que mejore el proceso de remodelación ósea”, explica José Expósito, doctorando en Tecnologías para la Salud y el Bienestar.
En cuanto a su aplicaciones, los investigadores explican que en el casode utilizar el implante diseñado por los investigadores valencianos como un clavo para fracturas, la ventaja característica es que se evita la dificultad de mecanizar en el hueso agujeros para el uso de tornillos transversales de fijación. También mejora la estabilidad de la zona de fractura comprimiendo los diferentes fragmentos entre sí.
Por último, cuando se utiliza en amputaciones de fémur y húmero se puede combinar con un collar percutáneo, también diseñado por los investigadores del Incliva, la Universidad de Valencia y la Universidad Politécnica de Valencia, destinado a mejorar el anclaje de los tejidos adyacentes, lo que favorece la creación de una barrera protectora frente a infecciones.