La monitorización de úlceras y heridas crónicas apenas ha sido explorada por parte de los diseñadores de dispositivos biomédicos
Son muchos los sensores portátiles que la ciencia ha ido confeccionando a lo largo de los últimos años para alertar al usuario, cuando se encuentra fuera del entorno hospitalario, de posibles cambios en su temperatura corporal, frecuencia cardíaca o presión arterial. Sin embargo, la monitorización de heridas crónicas ha recibido menos atención de estos diseñadores de dispositivos biomédicos. Tal vez, en su descarga, pueda aludirse a la infinidad de factores que intervienen en el proceso de curación (infecciones bacterianas, por citar tan sólo uno de ellos) y dificultan la labor de detección de los sistemas automatizados. NIVELES DE PH, PRESIÓN Y SANGRADO
Ha sido el profesor asociado al programa de Ingeniería Eléctrica de la universidad, Atif Shamim, junto con su estudiante Muhammad Farooqui, quien ha llevado a cabo el diseño y confección de este vendaje ‘inteligente' que monitoriza al mismo tiempo tres parámetros: sangrado, niveles de pH y presión. De manera inalámbrica, toda la información llega a la pantalla de un smartphone. Mediante una aplicación móvil, el vendaje reporta en tiempo real la evolución de la úlcera.
Los dos investigadores mantuvieron encuentros con profesionales médicos antes de abordar el proyecto. A través de estas consultas, descubrieron cómo las variaciones en el nivel de pH dentro de una herida pueden indicar ataques bacterianos. Combinar estas modificaciones con exceso de sangre o presión, defiende el par de científicos, lleva a una situación de peligro para la persona afectada, porque corre el riesgo de que la herida o úlcera llegue a convertirse en crónica.
TINTA INYECTADA
Para producir las bandas elásticas de sensores que componen este vendaje, el equipo ha tenido que idear un proceso de fabricación a escala muy pequeña. Shamim y Farooqui han empleado impresión por inyección para modelar directamente sobre sustratos plásticos la tinta conductora de carbono y plata. “Se trata de un sistema muy útil cuando se pretende, como en nuestro caso, colocar electrónica en superficies delicadas, flexibles y poco convencionales”, ha explicado el profesor asociado, que ha añadido, “pero el proceso de fabricación en sí tiene un coste bajo, algo que ayuda a que este tipo de tecnología se mantenga asequible y desechable”.
“Que todos los circuitos inalámbricos sean reutilizables disminuye aún más el coste del dispositivo”
Los investigadores, a la hora de diseñarlo, han dividido su prototipo en dos: los sensores, impresos sobre un vendaje comercial que se desecha después de usarlo; y los componentes de comunicación inalámbrica, ubicados en una película de polímero fácil de pegar y desprender de la tirita, que pueden volver a utilizarse. “Que todos los circuitos sean reutilizables disminuye aún más el coste del dispositivo”, ha señalado Shamim.RESISTENTE Y FLEXIBLE
Las distintas pruebas ya realizadas en personas han cuantificado en 60 metros la distancia máxima a la que el vendaje consigue comunicarse con el teléfono inteligente que recibe su señal. Además, el dispositivo ha demostrado ser lo bastante resistente como para mantenerse adherido durante un período de tiempo prolongado, aunque el usuario realice frecuentemente movimientos que incluso doblen su superficie. “Podría llegar a cambiar el funcionamiento de la industria sanitaria; de momento trabajamos para conseguir que el vendaje llegue a ser un producto útil para los pacientes con heridas crónicas”, ha concluido el profesor.
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