El cáncer de la sangre, como leucemia y linfoma, se trata irradiando la médula ósea para destruir las células enfermas. Sin embargo, después del tratamiento, algunos pacientes son sensibles a la infección y la fatiga hasta que las nuevas células sanguíneas vuelven a crecer.
En este sentido, investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts, han encontrado una manera de ayudar a que las células sanguíneas se regeneren más rápido. Su método consiste en estimular un tipo particular de células madre para secretar factores de crecimiento que ayudan a las células precursoras a diferenciarse en células sanguíneas maduras.
Las MSC se producen en todo el cuerpo y pueden diferenciarse en una variedad de tejidos, incluidos hueso, cartílago, músculo y grasa
Usando una técnica conocida como mecanopriming, los investigadores desarrollan células madre mesenquimales (MSC) en una superficie cuyas propiedades mecánicas son muy similares a las de la médula ósea. Esto induce a las células a producir factores especiales que ayudan a las células madre y progenitoras hematopoyéticas (HSPC) a diferenciarse en glóbulos rojos y blancos, así como en plaquetas y otras células sanguíneas.
Las MSC se producen en todo el cuerpo y pueden diferenciarse en una variedad de tejidos, incluidos hueso, cartílago, músculo y grasa. También pueden secretar proteínas que ayudan a otros tipos de células madre a diferenciarse en células maduras.
''Actúan como fábricas de drogas. Pueden convertirse en células del linaje tisular, pero también generan muchos factores que cambian el entorno en el que operan las células madre hematopoyéticas'', ha señalado Krystyn Van Vliet, profesora de Ciencia e Ingeniería de Materiales.
Y es que, cuando los pacientes de cáncer reciben un trasplante de células madre, generalmente solo reciben HPSC, que pueden convertirse en células sanguíneas. Sin embargo, se ha demostrado que cuando también reciben MSC, se recuperan más rápido.