Los medicamentos recetados por los profesionales sanitarios para el tratamiento de infecciones bacterianas y de úlceras suelen ir acompañados de un compuesto, los inhibidores, que detienen durante un momento determinado la producción de ácido en el jugo gástrico, un líquido segregado en abundancia por numerosas glándulas microscópicas diseminadas por la mucosa del estómago. El fin último de estos fármacos es permitir que los medicamentos encargados de abordar estos problemas puedan hacer su función sin ser destruidos.

El uso prolongado de inhibidores para el tratamiento de úlceras puede ocasionar efectos secundarios como dolores de cabeza, ansiedad o incluso depresión

Sin embargo, el uso prolongado de estos inhibidores acarrea una serie de efectos secundarios que van desde dolores de cabeza, pasando por trastornos como la ansiedad hasta enfermedades diagnosticadas como la depresión. Ahora y gracias a un equipo de investigadores de la Universidad de San Diego (Estados Unidos), esta tendencia puede revertirse. En concreto, este grupo de científicos ha desarrollado unos nanorobots, sofisticados autómatas de tamaño microscópico que, de ser probados con éxito, podrían administrar las dosis necesarias de medicamento sin la necesidad de usar inhibidores.



RESULTADOS EXITOSOS CON ROEDORES

Estos nanorobots se componen de un núcleo de magnesio esférico, recubierto por varias capas, que tienen dos funciones principales: proteger el interior del mecanismo y permitir una mejor adherencia a las paredes internas del estómago. Toda vez que los robots acceden al organismo, el núcleo reacciona ante el ácido gástrico, lo que deriva en la producción de burbujas que impulsan al nanorobot y el desarrollo de un proceso que ayuda a reducir la acidez. Cuando el sistema está instalado en el estómago, la citada acidez empieza a disminuir y, en ese instante, se libera el antibiótico.

Los investigadores han efectuado pruebas experimentales con ratones, a los que durante cinco días se les administró pequeñas dosis de fármacos a través de los nanorobots

El trabajo académico, liderado por Joseph Wang y Liangfang Zhang, profesores de Nanoingeniería del centro académico de San Diego, ya cuenta con pruebas experimentales al administrar en ratones, durante un total de cinco días, pequeñas dosis de fármacos a través de los nanorobots. A la conclusión del tratamiento observaron como la úlcera había desaparecido, por lo que la respuesta fue manifiestamente más eficaz que con la ingesta regular de medicamentos durante 20 días.

Transcurridas 24 horas desde el inicio del tratamiento, los niveles de ácido en el estómago de los ratones volvieron a los parámetros normales. Por su parte, los nanorobots fueron disueltos por el organismo de los roedores. Esto se debe a que estos sistemas están fabricados con materiales biodegradables, por lo que no dejaron residuo tóxico alguno.

Es importante destacar que estos sofisticados mecanismos, que podrían cambiar el rumbo de la Medicina, están en una fase primigenia, de desarrollo, por que aún habrá que esperar algunos años hasta que los nanorobots formen parte de los tratamiento sanitarios diarios. A día de hoy, el objetivo prioritario es iniciar estudios en animales de mayor tamaño y complejidad. Tiempo después, se iniciarán las pruebas con seres humanos, que tendrán que ir de la mano de las pertinentes autorizaciones por parte de los órganos reguladores en materia de salud pública.