La tecnología permite importantes avances en el campo de la medicina y muchas innovaciones tecnológicas también están permitiendo facilitar y mejorar la calidad de vida de algunos pacientes. Uno de los últimos avances conocidos y con resultados prometedores aborda la monitorización remota de la salud de los pacientes con determinadas enfermedades, lo que podría revolucionar la forma de atención sanitaria.
Un estudio reciente titulado "La monitorización remota de pacientes mejora la presión arterial y el colesterol" ha mostrado resultados sorprendentes sobre cómo esta tecnología puede influir positivamente en la salud cardiovascular de las personas afectadas.
Los pacientes que tienen condiciones de salud crónica que son tratados por médicos de atención primaria o por especialistas, con citas regulares en la clínica u hospital podrían disminuir sus visitas al centro hospitalario mediante un sistema que envíe sus datos de salud desde casa a su médico.
Este sistema estudió como se podían mejorar los niveles de presión arterial y colesterol mediante la monitorización de pacientes
La monitorización remota de la salud tiene precisamente ese objetivo. Mediante la habilitación del uso de dispositivos para Bluetooth y celulares, como básculas y tensiómetros, los pacientes pueden enviar actualizaciones de salud a su equipo médico en tiempo real.
El Dr. Benjamin Scirica, cardiólogo del sistema sanitario Mass General Brigham, que atiende pacientes en el Brigham and Women's Hospital, lidera el equipo de Transformación Clínica de Salud Remota que ofrece estos programas remotos de salud cardiovascular. Recientemente, publicaron un estudio sobre la monitorización remota de la pacientes con hipertensión que muestra cómo este modelo puede mejorar los niveles de presión arterial y colesterol.
"Nuestro objetivo es mejorar el acceso y ayudar a los pacientes a alcanzar sus objetivos de salud mediante el desarrollo de clínicas totalmente remotas o virtuales. Sabemos lo difícil que puede ser venir a consultas médicas y queremos reducir las barreras para recibir una atención óptima", afirma el Dr. Scirica.
Los tensiómetros enviaban los datos en tiempo real y los profesionales podían hacer un seguimiento diario de los pacientes
En el estudio participaron más de 10.000 pacientes de todo el sistema sanitario Mass General Brigham a los que se les proporcionaron los materiales necesarios para la monitorización como tensiómetros. Más de 8.000 participantes estuvieron en un programa para controlar el colesterol alto, mientras que más de 3.500 participaron en un programa para la hipertensión o presión arterial alta. Casi 1.000 pacientes participaron en ambos programas.
"Los tensiómetros enviaban automáticamente las lecturas de la presión arterial directamente al programa para que pudiéramos obtener datos en tiempo real y responder rápidamente", explica el Dr. Scirica. “Cuando era necesario, se podían realizar análisis de sangre para medir el colesterol en el laboratorio más cercano”, añadió.
El equipo del programa de monitoreo incluyó asesores de pacientes que se aseguraban de que entendieran los procedimientos del proyecto. Además, los farmacéuticos recetaban los medicamentos directamente a los pacientes dentro de protocolosclínicos diseñados por expertos, lo que agilizaba aún más el proceso. "Los farmacéuticos actuaban bajo lo que se llaman acuerdos de gestión de tratamiento farmacológico colaborativo, lo que les otorga la capacidad de recetar siempre que sigan un algoritmo de medicación diseñado por nuestros médicos", apunta el Dr. Scirica. Los farmacéuticos podían ajustar la medicación del paciente directamente, según los resultados del monitoreo remoto.
Este modelo de trabajo permitía a los médicos centrarse en los pacientes que necesitaban atención más urgente
"También desarrollamos una serie deaplicaciones tecnológicas que permitieron a los asesores de los pacientes y a los farmacéuticos manejar a una gran cantidad de pacientes de manera eficiente", indicó el Dr. Scirica. Cada mañana, un informe señalaba automáticamente a los pacientes cuyas lecturas estaban por encima o por debajo de un cierto umbral. Los profesionales encargados del seguimiento de estos pacientes se ponían en contacto con ellos para verificar su estado. Este flujo de trabajo permitió a los médicos y otros agentes sanitarios centrarse en los pacientes que necesitaban atención más urgente.
Para el equipo de investigadores era importante contar en el programa con una población diversa, ya que los pacientes que no son de raza blanca suelen correr un mayor riesgo de presión arterial alta y colesterol elevado. "Colaboramos con equipos del grupo Unidos Contra el Racismo y sus trabajadores comunitarios de salud, ya que han intentado abordar la hipertensión", dice el Dr. Scirica. "Estábamos realmente felices por contar en el programa con una población muy diversa". Para que el idioma no fuera un obstáculo en el uso de los materiales, todo estaba traducido a otros idiomas y los asesores utilizaban los traductores de los hospitales cuando era necesario.
Para eliminar la brecha digital el estudio utilizó dispositivos remotos que no requerían teléfonos inteligentes ni aplicaciones diferentes. “Al eliminar la necesidad de teléfonos inteligentes o acceso a Wi-Fi, pudimos aumentar drásticamente el uso de los dispositivos remotos", explica el Dr. Scirica.
Analizando los resultados descubrieron que tanto la presión arterial como los niveles de colesterol disminuyeron significativamente durante el programa
Durante el estudio se realizaron casi medio millón de lecturas de presión arterial y más de 130,000 informes de laboratorio. Analizando estos datos descubrieron que tanto la presión arterial como los niveles de colesterol disminuyeron significativamente durante el programa. Además, las tasas de éxito de los pacientes fueron similares en diferentes grupos raciales, étnicos y lingüísticos. Mientras tanto, los pacientes que solo habían recibido educación casi no vieron diferencia en sus niveles a lo largo del tiempo.
"Creemos que si este sistema se lleva a cabo correctamente, la atención médica remota puede aumentar el acceso, reducir la desigualdad y mejorar la calidad de la atención sanitaria en general", apuntó el Dr. Scirica.
El sistema de monitorización remota tiene el potencial de transformar la forma en que se atienden para otras enfermedades. El Dr. Scirica apunta a otras posibles aplicaciones de esta tecnología: "Creo que este tipo de modelo funciona en muchas especialidades diferentes, ya sea diabetes, reumatología (enfermedades como la artritis), neumología (enfermedad pulmonar), detección de cáncer o prevención del cáncer".