El desarrollo de dispositivos de diagnóstico suele estar ligado al empleo o utilización de un tipo de tecnología sanitaria concreto, a menudo de alta complejidad y de un importante presupuesto. Esto, sin embargo, dificulta que los laboratorios más modestos puedan elaborar sus propios equipos de diagnóstico y que estos se adapten a las mediciones que necesitan tomar.
Con el objetivo de que esto no se convierta en un problema, y perjudique a la capacidad investigadora de los laboratorios, un equipo de investigadores del Little Devices Lab, perteneciente al Massachusets Institute of Technology(MIT), en Estados Unidos, han desarrollado un conjunto de bloques de módulos que, a través del ensamblaje de varios de ellos, pueden convertirse en dispositivos de diagnóstico.
La estructura de estos bloques permite que estos se puedan unir por sus respectivos bordes y dentro de ellos se puedan establecer canales por donde puedan fluir las muestras
Estos mecanismos, denominados ‘plug and play’ (conecta y reproduce), no requieren una habilidad especial para manejarlos y al tener un coste muy bajo son accesibles a “laboratorios pequeños y de bajos recursos” para que puedan generar ellos mismos su propio almacenamiento de diagnósticos “para tratar a sus poblaciones locales de pacientes de forma independiente”, según ha apuntado Anna Young, codirectora del Little Devices Lab del MIT.
PRODUCCIÓN PERSONALIZADA
Hasta el momento, el temor de algunas empresas es que se desarrollasen dispositivos de diagnóstico a gran escala para enfermedades que afectasen a un número bajo de personas. Por ello, los investigadores del MIT han optado por desarrollar un kit de módulos que se puedan ensamblar de tal manera que se genere exactamente en control de diagnóstico que necesite el usuario.
Estos dispositivos están compuestos por distintos componentes: una hoja de papel o fibra de vidrio intercalada entre un bloque de plástico o metal y una cubierta de vidrio. Su estructura permite que los bloques se puedan unir por sus respectivos bordes. Además, dentro de ellos se establecen canales por donde pueden fluir las muestras, de manera directa, y algunos pueden recibirlas de una pipeta o mezclar reactivos.
Al estar codificadas sus funciones por diferentes colores, los creadores inciden en que se facilita el ensamblaje de los dispositivos. Además, estos se pueden alinear de diferentes maneras, lo que permite al usuario crear diagnósticos basados en una o en una serie de reacciones.
DETENCIÓN DE ENFERMEDADES
El equipo del MIT trabaja en el desarrollo de dispositivos similares capaces de detectar enfermedades como el cáncer, el virus del Zika o el del papiloma humano
Uno de los objetivos finales del trabajo desarrollado por los investigadores del MIT es que se puedan diagnosticas diferentes enfermedades de manera relativamente sencilla. Por ejemplo, apuntan que estos módulos pueden ser capaces de analizar los niveles de glucosa en sangre en pacientes con diabetes o detectar distintas infecciones virales.
El propio director de este laboratorio, el investigador José Gómez-Márquez, afirma que estos kits representan “una manera de reducir las barreras para desarrollar tecnología médica”. Por ejemplo, también garantizan que se podrían obtener “resultados confiables” a partir de muestras de orina y saliva, al ser “generalmente más diluidas que las muestras de sangre” y “más fáciles de obtener por los pacientes”.
Según ha comunicado el equipo del MIT, ya se han enviado dispositivos de este tipo a laboratorios de Chile y Nicaragua para monitorear la adherencia del paciente al tratamiento de la tuberculosis y para detectar una variante de la malaria. Ahora, trabajan en otros dispositivos similares para detectar enfermedades como el cáncer, el virus del Zika así como otras infecciosas, el virus del papiloma humano o la enfermedad de Lyme.