Los investigadores de UC Davis Health han desarrollado un modelo de computadora para detectar drogas para detectar efectos secundarios cardíacos no deseados, especialmente el riesgo de arritmia.
El estudio ha sido dirigido por Colleen E. Clancy, profesor de fisiología y biología de membrana, e Igor Vorobyov, profesor asistente de fisiología y biología de membrana.
''Una de las principales razones por las cuales un medicamento se retira del mercado son las arritmias potencialmente mortales'', ha señalado Clancy, quien ha añadido que ''incluso los medicamentos desarrollados para tratar la arritmia terminaron causándolos''.
El problema, según Clancy, es que no hay una manera fácil de ver cómo un medicamento interactúa con los canales de potasio codificados con hERG esenciales para el ritmo cardíaco normal.
Los resultados se pueden validar con comparaciones con los datos clínicos de los resultados de electrocardiograma (ECG) de los pacientes
''Hasta ahora no ha habido una forma segura de determinar qué medicamentos serán terapéuticos y cuáles serán perjudiciales'', ha explicado Clancy, a la vez que ha detallado que ''lo que hemos demostrado es que ahora podemos tomar esta determinación a partir de la estructura química de un medicamento y luego predecir su impacto en el ritmo cardíaco''.
Usando la fórmula química de un medicamento, el modelo de computadora revela cómo ese medicamento interactúa específicamente con los canales hERG, así como con las células y tejidos cardíacos. Los resultados se pueden validar con comparaciones con los datos clínicos de los resultados de electrocardiograma (ECG) de los pacientes. Para el estudio, los investigadores validaron el modelo con ECG de pacientes que tomaban dos medicamentos que se sabe que interactúan con los canales hERG, uno con un fuerte perfil de seguridad y otro que aumenta las arritmias. Los resultados demostraron la precisión del modelo.
Clancy imagina que el modelo ofrecerá una prueba esencial previa a la comercialización de la seguridad de los medicamentos cardíacos. Esa prueba podría usarse en última instancia para otros sistemas de órganos, como el hígado y el cerebro.
''Cada medicamento nuevo debe pasar por un examen de toxicidad cardíaca, y este podría ser un primer paso importante para sugerir daño o seguridad antes de pasar a pruebas más costosas y extensas'', ha concluido Clancy.