Un marcapasos imprimible 3D podría mejorar la seguridad en las operaciones a corazón abierto

El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un cable con una aplicación y extracción más segura, y menos invasiva

Marcapasos. (Foto: MIT)
Marcapasos. (Foto: MIT)
22 septiembre 2024 | 11:00 h

Las probabilidades de morir en una intervención de bypassen la actualidad son muy bajas. Sin embargo, hay situaciones en las que esta intervención puede provocar daños graves al corazón, especialmente en la implantación de cables y marcapasos para el control posterior a la intervención. Estos cables se emplean en la fase postoperatoria para vigilar a los pacientes y prevenir complicaciones como las arritmias cardíacas o las paradas cardiorrespiratorias.

Los métodos tradicionales de colocación de estos cables suelen involucrar suturas o la inserción directa de electrodos en el tejido del corazón. Aunque efectivos, estos procedimientos conllevan ciertos riesgos, ya que tanto la inserción como la extracción pueden causar daños en los tejidos, generar sangrado o afectar el funcionamiento del dispositivo. Estas complicaciones aumentan la posibilidad de problemas postoperatorios en los pacientes. Como ocurrió, por ejemplo, con Neil Armstrong en 2012, quien murió por complicaciones posoperatorias tras la colocación de un bypass.

Recientemente, se han presentado nuevos hallazgos que podrían revolucionar el uso de dispositivos bioelectrónicos en el control y tratamiento del corazón. En concreto, un estudio publicado en Science Translational Medicine destaca el desarrollo de una plataforma que podría ser clave para el futuro de la electrónica bioadhesiva. Esta tecnología ofrece una alternativa menos invasiva y más segura en el ámbito de los dispositivos cardíacos.

“Fue una idea muy emocionante y el resto fue simplemente hacerla realidad”

De hecho, en una charla sobre las complicaciones que sufrió el primer hombre que pisó la luna, un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) estudió la posibilidad de hacer dispositivos más seguros. “Mientras discutíamos la historia, nuestro equipo tuvo un momento de inspiración: probablemente podríamos hacer algo para prevenir tales complicaciones si desarrolláramos una versión completamente atraumática basada en nuestras tecnologías bioadhesivas”, afirma Hyunwoo Yuk, un ex científico investigador del MIT que ahora es el director de tecnología de SanaHeal. “Fue una idea muy emocionante y el resto fue simplemente hacerla realidad”.

Se trata de un cable de estimulación bioadhesivo que puede imprimirse en 3D. Este dispositivo está diseñado para interactuar directamente con el corazón, permitiendo una implantación mínimamente invasiva y una extracción más sencilla, sin causar daño. Esta innovación supondría el primer marcapasos temporal que puede adherirse y desprenderse según se requiera, mejorando la seguridad y la eficacia de los dispositivos bioelectrónicos.

“Este trabajo presenta la primera versión bioadhesiva desmontable del cable de estimulación cardíaca temporal para el postoperatorio que ofrece una aplicación y extracción del dispositivo con mayor seguridad”, afirma Zhao, quien asegura que “al mismo tiempo ofrece un mejor rendimiento bioelectrónico”.

El desarrollo de este marcapasos bioadhesivo ha sido posible gracias a la combinación de avances en bioadhesivos, bioelectrónica e impresión 3D. El equipo del MIT utilizó un proceso que involucra la polimerización de ácido poliacrílico sobre poliuretano hidrófilo, mezclado con materiales conductores para mejorar la transmisión eléctrica. Esto ha permitido crear un dispositivo que se adhiere al tejido cardíaco con una fuerte conexión y propiedades mecánicas similares a las del corazón.

El nuevo marcapasos demostró ser eficaz sin causar daños visibles o sangrado durante su uso

En experimentos con animales, el nuevo marcapasos demostró ser eficaz sin causar daños visibles o sangrado durante su uso. Además, fue compatible con los sistemas de marcapasos ya existentes y mantuvo su conectividad durante un periodo de 10 a 14 días, lo que valida su potencial para el futuro de los dispositivos cardíacos adhesivos.

"Esperamos que nuestro esfuerzo continuo en la comercialización de nuestra tecnología bioadhesiva también pueda ayudar a acelerar la aplicación clínica de nuestro cable de estimulación bioadhesiva", afirma Yuk.

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