Respirar cuando los pulmones no funcionan. Seguir latiendo y sobrevivir, al fin y al cabo, cuando apenas quedan esperanzas. Todo, gracias a una máquina. La tecnología sanitaria en manos de profesionales expertos y con una gran formación puede salvar vidas, y de hecho ya lo hace, en los hospitales españoles. Buen ejemplo de ello es la llamada técnica de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, en sus siglas en inglés), que saca todo el jugo a una tecnología que ya existía en los quirófanos, pero que ahora evita muertes fuera de él.
“El sistema consta de una cánula que se inserta en la vena femoral del paciente, extrae la sangre a través de una bomba, la lleva hasta una membrana, donde la sangre se enriquece de oxígeno y se libera el dióxido de carbono, y después retorna al paciente a través de otra cánula insertada en la vena yugular”, señala Paredes.
En apenas un minuto, toda la sangre del paciente (unos cinco litros) pasa por la máquina, lo que permite mantener al pulmón en reposo, casi sin actividad. “Es una especie de diálisis pulmonar, que permite dejar el pulmón del paciente en reposo, en espera de que se recupere su patología pulmonar”.
Este mecanismo suele activarse en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del hospital, y se aplica en pacientes graves, con insuficiencia respiratoria aguda, especialmente los que tienen Síndrome de Distrés Respiratorio del Adulto (SDRA), así como también en pacientes que tienen lesiones pulmonares provocadas por el ventilador de respiración asistida o en aquellos en las que han fracasado el resto de medidas. Incluso puede usarse como puente mientras se espera un órgano para el trasplante pulmonar.
PACIENTES CON INSUFICIENCIAS GRAVES
A diferencia de la máquina de oxigenación extracorpórea que se usa en los quirófanos, el sistema que se usa en la técnica ECMO permite al paciente estar conectado varios días e incluso semanas, hasta que mejoren sus funciones. “El tiempo de conexión es el que se necesite. El tiempo medio son dos o tres semanas, pero hay pacientes que tenemos conectado hasta 40 días. Todo depende del tiempo de recuperación que precisen”, añade Paredes.
Antes de que existiera esta técnica de rescate, la mortalidad de los pacientes tratados era del 80%. Con la ECMO, puede reducirse hasta el 50%, “parece poco, pero estamos hablando de muchas vidas que se pueden salvar”. De hecho, de los 5 pacientes tratados hasta el momento en el Hospital Quirónsalud Sur, la supervivencia ha sido superior al 60%.
“Antes la mortalidad era altísima porque los sistemas eran más rudimentarios y había problemas con las cánulas y con la coagulación del paciente, porque se requiere un flujo de sangre importante. Además, el material no solía ser biocompatible y el organismo de los pacientes los rechazaba. La técnica actual es fruto por tanto de un avance tecnológico importante”, indica la especialista del centro.
EPIDEMIA DE GRIPE A DE 2009
Las primeras pruebas con la ECMO comenzaron a realizarse durante la epidemia de gripe A de 2009, que tuvo especial virulencia en los países anglosajones. Previamente, incluso, se había comenzado a utilizar en niños, ya que estos requerían que la máquina moviese un menor volumen de sangre y que la superficie de la membrana de oxigenación fuera más pequeña que en los adultos.
Desde entonces, asegura Amparo Paredes, la técnica se ha ido perfeccionando, hasta conseguir implantarse con éxito en adultos y salvar vidas que, sin la existencia de este mecanismo, hubieran fallecido. “Todo ello ha requerido mucha formación y experiencia por parte de los profesionales, porque no es una técnica fácil”. Experiencia, formación y tecnología aunadas así para poder seguir respirando y sobrevivir, cuando las esperanzas comienzan a agotarse.
En apenas un minuto, toda la sangre del paciente (unos cinco litros) pasa por la máquina, lo que permite mantener al pulmón en reposo, casi sin actividad
Una técnica del presente que, como explica a SaluDigital Amparo Paredes, Coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Quirónsalud Sur de Alcorcón, Madrid (único hospital privado de España que la aplica), consiste básicamente en oxigenar la sangre del paciente fuera del cuerpo, funcionando como una especie de pulmón artificial que sustituye la actividad del órgano de forma temporal.“El sistema consta de una cánula que se inserta en la vena femoral del paciente, extrae la sangre a través de una bomba, la lleva hasta una membrana, donde la sangre se enriquece de oxígeno y se libera el dióxido de carbono, y después retorna al paciente a través de otra cánula insertada en la vena yugular”, señala Paredes.
Este mecanismo suele activarse en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del hospital, y se aplica en pacientes graves, con insuficiencia respiratoria aguda, especialmente los que tienen Síndrome de Distrés Respiratorio del Adulto (SDRA), así como también en pacientes que tienen lesiones pulmonares provocadas por el ventilador de respiración asistida o en aquellos en las que han fracasado el resto de medidas. Incluso puede usarse como puente mientras se espera un órgano para el trasplante pulmonar.
PACIENTES CON INSUFICIENCIAS GRAVES
“El tiempo de conexión es el que se necesite. El tiempo medio son dos o tres semanas, pero hay pacientes que tenemos conectado hasta 40 días”
“Son pacientes que están intubados y con ventilación mecánica. Se les mantiene una mínima ventilación para que el pulmón no se atrofie, pero toda la función la hace la máquina”, señala Paredes, que asegura que, aunque en su hospital se aplique sólo para sustituir la función pulmonar, algunas variantes del sistema también permiten funcionar como corazones artificiales, lo que puede resultar vital en casos de infartos, por ejemplo.A diferencia de la máquina de oxigenación extracorpórea que se usa en los quirófanos, el sistema que se usa en la técnica ECMO permite al paciente estar conectado varios días e incluso semanas, hasta que mejoren sus funciones. “El tiempo de conexión es el que se necesite. El tiempo medio son dos o tres semanas, pero hay pacientes que tenemos conectado hasta 40 días. Todo depende del tiempo de recuperación que precisen”, añade Paredes.
Antes de que existiera esta técnica de rescate, la mortalidad de los pacientes tratados era del 80%. Con la ECMO, puede reducirse hasta el 50%, “parece poco, pero estamos hablando de muchas vidas que se pueden salvar”. De hecho, de los 5 pacientes tratados hasta el momento en el Hospital Quirónsalud Sur, la supervivencia ha sido superior al 60%.
“Antes la mortalidad era altísima porque los sistemas eran más rudimentarios y había problemas con las cánulas y con la coagulación del paciente, porque se requiere un flujo de sangre importante. Además, el material no solía ser biocompatible y el organismo de los pacientes los rechazaba. La técnica actual es fruto por tanto de un avance tecnológico importante”, indica la especialista del centro.
EPIDEMIA DE GRIPE A DE 2009
Las primeras pruebas con la ECMO comenzaron a realizarse durante la epidemia de gripe A de 2009, que tuvo especial virulencia en los países anglosajones. Previamente, incluso, se había comenzado a utilizar en niños, ya que estos requerían que la máquina moviese un menor volumen de sangre y que la superficie de la membrana de oxigenación fuera más pequeña que en los adultos.
Desde entonces, asegura Amparo Paredes, la técnica se ha ido perfeccionando, hasta conseguir implantarse con éxito en adultos y salvar vidas que, sin la existencia de este mecanismo, hubieran fallecido. “Todo ello ha requerido mucha formación y experiencia por parte de los profesionales, porque no es una técnica fácil”. Experiencia, formación y tecnología aunadas así para poder seguir respirando y sobrevivir, cuando las esperanzas comienzan a agotarse.