El sistema más conocido se llama Argus, que se ha perfeccionado hasta su segunda versión, Argus II. Su funcionamiento se compone de un chip implantado en la retina y una cámara de alta definición (frontal) y una antena receptora (lateral). Las imágenes de la cámara pasan a un ordenador que inmediatamente las envía a la antena receptora, que está conectada con el chip (que estimula la retina y produce luz en el campo de vista del paciente), y la información viaja por el nervio óptico hasta el cerebro.
Esta tecnología se remonta a 2013, cuando fue aprobado por la FDA estadounidense como el primer ojo biónico del mundo diseñado específicamente para pacientes con retinitis pigmentaria. Esta enfermedad no es tanto un síndrome concreto, sino que abarca un abanico de males oculares de tipo crónico cuyo origen es genético y que se caracteriza por la degeneración progresiva de la retina y suele derivar en ceguera.
La empresa que lo desarrolló fue Second Sight, que dio nombre después a las gafas. Su eficacia se basa en que esta enfermedad sólo daña a la propiedad ocular de detección de luz de los fotoreceptores que existen dentro del globo ocular, dejando al resto de las células de la retina sanas, por lo que se puede suplir esta detección de la luz de forma biónica.
El último paciente español en beneficiarse de esta tecnología lo hizo en la Clínica Barraquer. Es el primer europeo con síndrome de Usher en recibir un ojo biónico
Poco a poco, se fue descubriendo la utilidad de este mecanismo en otras enfermedades de la visión. El último paciente en beneficiarse de esta tecnología en España lo hizo hace apenas unas semanas en la Clínica Barraquer de Barcelona y se ha convertido en el primer paciente europeo y segundo en el mundo con síndrome de Usher en recibir un ojo biónico, siendo éste un trastorno genético raro que suele producir sordo-ceguera.En España no ha sido el único caso, ya que en junio, otra mujer con retinosis pigmentaria que llevaba más de 30 años sin ver logró beneficiarse de esta técnica. Pero el caso que más emocionó a la opinión pública fue el de la madre ciega que logró ver a su hijo nada más nacer, con un vídeo que dio la vuelta al mundo.
El proceso de recuperación de la visión, como ocurre con otras intervenciones, no es inmediato. Con la operación reciente, la visión es limitada, el campo de visión apenas alcanza el tamaño de un folio y se ve en blanco y negro. Pero sí se logra desde un primer momento distinguir tamaño, formas, distancia y movimiento, y la capacidad de la memoria visual ayuda progresivamente a interpretar lo que se ve, algo fundamental que hace que la capacidad visual vaya creciendo progresivamente.
GAFAS PARA DALTÓNICOS
El pasado 2015 nos ha dejado también otros grandes avances en el ámbito de la visión. Los daltónicos, por ejemplo, pueden ver, pero la ceguera total o parcial de alguno de sus conos hace que su visión sea diferente al resto y que no puedan percibir determinados colores.
Por eso, hace unos meses Valspar paint y EnChroma lanzaron las primeras gafas que prometen corregir en mayor o menor medida esta disfunción, permitiendo a los daltónicos ver colores que hasta el momento les eran absolutamente desconocidos. En abril presentaron un corto documental en el que un grupo de daltónicos lograba ver, por primera vez, el espectro completo del color.
LENTILLAS QUE MULTIPLICAN LA VISIÓN
Mientras que la corrección de muchos defectos de la visión como los hasta ahora mencionados, veían su solución en unas gafas, las lentillas se presentan como un potencial multiplicador de la visión. Precisamente, son los científicos del Instituto Suizo de Tecnología de Lausanne los que más están profundizando en las posibilidades de las lentillas.
En febrero de 2015 estos científicos presentaron unas lentillas con zoom para corregir la degeneración macular, una alteración degenerativa de la parte central de la retina (mácula) que suele aparecer con la edad y que constituye la principal causa de ceguera en personas mayores de 60 años.
En concreto, funcionan como ampliadoras de la realidad que ve el paciente, llegando a triplicar la visión. Combinadas con unas gafas electrónicas que permiten alternar entre la visión ampliada y la normal, basta con guiñar el ojo para poner en funcionamiento un filtro polarizado que dirige la luz hacia la zona telescópica de las lentes. Un guiño con el otro ojo posibilita cambiar la configuración para que la luz vuelva a filtrarse con normalidad.
El Instituto Suizo de Tecnología de Lausanne ha presentado una lente biónica capaz de mejorar la vista tres veces más que la agudeza de visión de proporción 20/20
Unos meses más tarde, en abril, el mismo equipo de científicos presentó una una lente biónica capaz de mejorar la vista tres veces más que la agudeza de visión de proporción 20/20. Tiene forma de botón, pero se inyecta en el ojo sin dolor (o eso prometen) con un procedimiento idéntico al de cirugía de cataratas. Su creador es el doctor Gareth Webb, y su invento se llama Bionic Lens Ocumetic.El proyecto ha supuesto ocho años de investigación, con un presupuesto de 3 millones de dólares en inversión. Pero finalmente, ha salido adelante gracias al sistema óptico patentado por Ocumetics. Se trata de una cámara diminuta y biónica que permite cambiar el enfoque de un objeto de una distancia cercana hasta el infinito de una forma mucho más rápida que lo que tarda en realizarlo el propio cerebro humano.
No sólo para evitar por completo el uso de las gafas, el nuevo sistema promete que, al insertar esta lente en el ojo humano, se puedan evitar enfermedades asociadas a la edad como las cataratas y la propia degeneración macular, e incluso la compañía avanza que gracias a una cámara de la que se compone la lente se podrían producir paisajes visuales tridimensionales generados de forma natural y sin retardo de tiempo, fatiga visual o dolor de cabeza.