Debido a que los imanes más fuertes se están convirtiendo en un accesorio común en los últimos modelos de teléfonos inteligentes y productos electrónicos de consumo, ahora, los investigadores médicos han explorado cómo afectan en los implantes cardíacos.
Tras el estudio, los investigadores han llegado a la conclusión de que “es más seguro mantenerlos a una distancia razonable”. “Si estos dispositivos se llevan en un bolsillo del pecho cerca o sobre el corazón, podrían desconectar accidentalmente implantes como marcapasos y desfibriladores”, han asegurado los expertos.
Muchos implantes cardíacos convencionales están diseñados específicamente para reaccionar a las señales de los imanes externos; por ejemplo, una vez que el dispositivo se coloca debajo de la piel, un médico puede usar temporalmente un imán fuerte para desactivar la capacidad del desfibrilador para administrar una descarga eléctrica, haciéndolo más seguro para realizar la cirugía.
Sin embargo, es posible que muchos implantes no puedan notar la diferencia entre esos imanes y los que se usan para cargar teléfonos inteligentes o sus accesorios más pequeños.
La FDA, Apple, Microsoft y la American Heart Association recomiendan que este tipo de dispositivos se mantengan a una distancia mínima de seis pulgadas de los implantes durante su uso
En este estudio publicado en la revista ‘Circulation: Arrhythmia and Electrophysiology’ de la American Heart Association, los investigadores han descubierto que incluso los imanes utilizados en el estuche de carga Apple AirPods Pro, el Apple Pencil de segunda generación y el Microsoft Surface Pen podrían ser lo suficientemente fuertes como para causar interferencia.
Anteriormente, la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ya examinó teléfonos inteligentes como el iPhone 12, con su línea de cargadores, soportes y accesorios MagSafe y dijo que cree que el riesgo general es bajo, pero que “se espera que el uso de estos imanes aumente con el tiempo”.
La FDA, Apple, Microsoft y la American Heart Association recomiendan que este tipo de dispositivos se mantengan a una distancia mínima de seis pulgadas de los implantes durante su uso, mientras que Apple también sugiere una distancia de más de 12 pulgadas si un iPhone se carga de forma inalámbrica.
“Lo más importante que hay que recordar es que cualquier dispositivo electrónico puede ser un peligro, especialmente los que tienen un imán en su interior”, ha declarado Corentin Féry, autor principal del estudio de la American Heart Association.
MAPA DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS DE LOS ESTUCHES DE CARGA INALÁMBRICA
“Estos dispositivos pueden causar un problema cuando se llevan en el bolsillo de la camisa o de la chaqueta frente al cofre, así como cuando se está acostado en el sofá y se apoya el dispositivo electrónico en el pecho o si se queda dormido con el dispositivo electrónico”, ha añadido el investigador.
Los investigadores trazaron un mapa de los campos magnéticos de los estuches de carga inalámbrica y los lápices ópticos, compararon su fuerza con la del iPhone 12 Pro Max, y también encontraron las distancias mínimas antes de que comenzaran a desactivar los desfibriladores no implantados: cualquier distancia inferior a dos centímetros, o alrededor de las tres cuartas partes de una pulgada, para todos los productos de Apple y unos tres centímetros, o aproximadamente una pulgada y cuarto, para el Microsoft Surface Pen.
“El público debe ser consciente de los riesgos potenciales de los dispositivos electrónicos portátiles además del iPhone 12 Pro Max que pueden afectar a cualquier persona con un desfibrilador cardioversor implantable”, ha indicado, por su parte, el coautor del estudio Sven Knecht, ingeniero investigador de la Universidad de Basilea en Suiza.
“Lo más preocupante es que los imanes se utilizan cada vez más en dispositivos electrónicos portátiles, y con tantos imanes a nuestro alrededor, el riesgo para los pacientes cardíacos es aún mayor”, ha reiterado.
Los investigadores también planean evaluar los cigarrillos electrónicos y otros dispositivos electrónicos portátiles y también realizar pruebas controladas con pacientes voluntarios implantados que ya están en el hospital para exámenes de rutina.