Las últimas cifras aportadas por la Asociación Multisectorial de Empresas de Tecnologías de la Información, Comunicaciones y Electrónica (Ametic) ponen sobre la mesa que, en España, unos 2,4 millones de ciudadanos con una edad superior a los 80 años, mientras que otros 400.000 individios superan las nueve décadas.
Es en estas franjas de edad donde el Sistema Nacional de Salud (SNS) se enfrenta a los mayores gastos. Tanto es así que los números indican que el 80% de los costes se producen en los últimos tres años de vida. En este complejo contexto entra en juego el destacado papel que deben jugar las nuevas tecnologías.
Gracias al impulso de la Medicina personalizada, los sistemas de salud serían capaces de ahorrar pruebas diagnósticas innecesarias e implementar planes específicos para cada paciente
Y es que corrientes como el Big Data o la inteligencia artificial, y elementos como los wearables o los smartphones reportar un ahorro de costes que se sitúa entre el 1% y el 8%. Así, gracias al impulso de la Medicina personalizada, los sistemas de salud serían capaces de ahorrar pruebas diagnósticas innecesarias e implementar planes específicos para cada paciente.
Los proyectos tecnológicos ligados al mundo de la salud se cuentan por miles. De hecho, un informe de la Comisión Europea sitúa en más de 97.000 aplicaciones las disponibles en el mercado del cuidado de la salud. Unas herramientas destinadas al diagnóstico y tratamiento de la salud, y el fomento de los hábitos de vida saludables.
A pesar de la necesidad de abrazar las nuevas tecnologías por las ventajas económicas y organizativas que suponen, los expertos en la materia insisten en que, en ningún caso, sustituirán a los profesionales de la Medicina. La fórmula del éxito se cimentará en una colaboración multidisciplinar entre todos los agentes implicados (sanitarios, pacientes, industria o administraciones) para eliminar barreras e impulsar las tecnologías que favorezcan el buen hacer en el sector de la salud.