La tecnología en el ámbito de la realidad virtual está dando pasos agigantados en el ámbito de la medicina, sobre todo en el tratamiento de pacientes con ciertas complicaciones psicológicas. En el caso de su utilización en los niños, supone una gran herramienta que facilita tanto el proceso de diagnóstico como el de curación. Así, aunque lo primero que se piense al hablar de realidad virtual es en unas gafas enormes conectadas a un juego, esta tecnología va mucho más allá.
Se trata de una ciencia basada en el empleo de softwares y dispositivos, cuyo fin es producir una apariencia de realidad que permite al usuario tener la sensación de estar en otro lugar distinto y entrar en un estado de relajación. Es una técnica no invasiva basada en la proyección de gráficos 3D interactivos a través de un aparato de realidad virtual, como gafas y auriculares.
En el caso común de las fobias, dentro de la RV existen técnicas que facilitan que el sujeto pueda estar presenciando de forma virtual el estímulo fóbico mientras el profesional se dedica a guiarle y transmitirle el cómo gestionar sus emociones para que pierda el miedo. Se trata de una forma de enfrentarse a las situaciones que se producen en la vida real de una forma controlada.
En casos más banales, como por ejemplo ante el miedo a las agujas que experimentan la gran mayoría de niños, la RV tiene una respuesta rápida, fácil e inmediata. Cualquier profesional sanitario se ha encontrado alguna vez en una situación complicada por este miedo durante la extracción de muestras de sangre o en cualquier otro procedimiento.
La Realidad Virtual en Pediatría disminuye la percepción de dolor durante las actuaciones y los procesos médicos a los que se somete el niño
Por ello, el Hospital Quirónsalud Valencia incorporó recientemente unas gafas de Realidad Virtual para la atención de los niños en su servicio de urgencias pediátricas. Estos dispositivos están incluidos dentro de los diferentes procedimientos implantados cuyo objetivo es disminuir la percepción de dolor durante las actuaciones y los procesos médicos que se desarrollan en el centro y conseguir, de este modo, menor percepción de dolor en los niños atendidos.
Como explicó el doctor Gonzalo Pin, jefe del Servicio de Pediatría de Quirónsalud Valencia, "estos dispositivos se utilizan en función de cada niño de una manera personalizada en aquellas situaciones que exigen disminuir la ansiedad, como por ejemplo toma de muestras de sangre, reducción de fracturas, etc". Entre los múltiples beneficios obtenidos con su utilización destacan las extracciones de muestras más rápidas, un menor uso de anestésicos en actuaciones dolorosas como la reducción de una fractura y el efecto de amnesia retrógrada en la memoria del niño que, al no recordar el episodio como algo traumático, favorece una predisposición positiva ante futuras visitas a un centro sanitario.
Todas estas actuaciones resultan muy beneficiosas, tanto para los menores como para sus familiares y personal sanitario. "Los niños no sufren sin necesidad, de manera que su recuerdo de la estancia en el hospital deja de ser doloroso; mejoramos su estado de ansiedad y, con ello, el de padres y familiares", explica el doctor Pin. Además, "diferentes estudios han demostrado que la implantación de estas técnicas disminuye el tiempo de estancia hospitalaria e incrementa la percepción de la calidad de la asistencia", añade.